Lover | George Weasley

𝖋𝖔𝖗𝖙𝖞

George me había dejado una docena de chupones en la piel mientras nos tomábamos un rapidito en la cocina.

Ahora me miraba en el espejo, George detrás de mí, sonriendo con orgullo por su trabajo.

"¿Estás cumpliendo treinta y cuatro o estás cumpliendo dieciséis?" Pregunté, pasando mis dedos por los chupones.

"¡Oye!" Exclamó y yo chillé cuando me dio una nalgada en el trasero. "No me tomes el pelo..."

Puse los ojos en blanco, pero me incliné hacia su toque mientras me rodeaba con sus brazos.

"Feliz cumpleaños." Sonreí suavemente, inclinando mi cabeza hacia atrás contra su pecho. Presioné un beso debajo de su barbilla, haciéndolo reír mientras se alejaba, calmando el área.

"Eso me hizo cosquillas."

Lo miré mientras sonreía ampliamente, tomando asiento en el asiento del inodoro.

"Te das cuenta de que tenemos que irnos, ¿verdad?" Yo pregunté. "No puedo aparecer con este aspecto. Incluso si me pongo la pasta para los moretones, tardará una hora en desaparecer".

George sacó su varita mientras tomaba mi mano y me empujaba para ponerme entre sus muslos.

Pasó su varita por mi cuello, luego asintió con la cabeza hacia el espejo.

Le fruncí el ceño pero me acerqué para mirarme. Todos los moretones a lo largo de mi cuello habían desaparecido, lo que me hizo mirar de inmediato a George.

"¿Episkey?"

Tarareó.

"No pensé en eso."

"Entonces... has decidido usar el vestido." George sonrió. "Bien. Te queda hermoso."

Se puso de pie y puso una mano en mi cintura, girándome hacia ella. Me besó, luego sonrió mientras salía del baño.

"¡¿Vienes?!" Llamó desde el pasillo. Me apresuré, salí corriendo del baño y me acerqué a donde él se estaba poniendo los zapatos.

"Está bien, entonces tus padres estarán allí y tus hermanos también, ¿verdad?"

George sonrió mientras me ponía los zapatos.

"¿Nerviosa?" Él asintió con la cabeza mientras agarraba mi chaqueta y la arrojaba sobre mis hombros, esperando a que deslizara mis brazos antes de soltar la tela.

"¿Nerviosa? Básicamente me estoy orinando en los pantalones en este momento, George."

Me miró de arriba abajo antes de morderse el labio para contener una risita.

"No estás usando pantalones."

"¡Oh, vete a la mierda!" Lo empujé en el hombro, haciéndolo reír.

Se aseguró de que la puerta estuviera cerrada antes de agarrarme por la cintura y presionar un beso en mi frente justo cuando nos aparecía a los dos.

Recuerdo cuando obtuve mi licencia por primera vez y lo extraño que se sentía al aparecer. Como si tu cuerpo estuviera siendo empujado en cien direcciones a la vez antes de que sientas que la gravedad te empuja hacia tu destino.

George y yo aterrizamos en medio de la nada y miré a mi alrededor antes de mirarlo.

"Pensé que podríamos caminar hasta allí." Dijo y bajó su mano para agarrar la mía. "De esa manera podemos hablar antes de que lleguemos... tal vez pueda tranquilizar un poco tu mente."

Sonreí, entrelazando mis dedos con los suyos mientras él comenzaba a guiarme en cierta dirección. Estábamos parados en medio de la nada, colinas rodeándonos.