Lover | George Weasley

𝖋𝖔𝖗𝖙𝖞-𝖓𝖎𝖓𝖊

Contenido para adultos

Miré dentro de mi armario mientras esperaba a que George contestara el teléfono.

Hoy fue un gran día.

Me uniría a George para esta reunión para todos los estudiantes de su año. Han pasado dieciséis años desde que se graduaron y Lee decidió celebrarlo con una especie de fiesta.

"Hola guapa." La voz de George me hizo sonreír mientras levantaba el teléfono. "¿Emocionada por hoy?"

"¡Súper!" Respondí con entusiasmo. "Es solo... ¿qué me pongo?"

"¿Qué quieres decir?"

Fruncí el ceño.

"¿Qué puede significar, George? ¿Qué me pongo? Es tan simple como eso. No sé cuál es la ropa adecuada para que me ponga esta noche".

Lo escuché reír y solo el sonido hizo que mi corazón se derritiera.

"Deja de hacer eso."

"¿Dejar de hacer qué?"

"Reírte."

"¿Por qué no puedo reírme, Dahlia?"

"Porque hace calor y me dan ganas de arrodillarme por ti, pero no puedo hacer eso ahora, así que..."

Se rió de nuevo y yo volví a poner los ojos en blanco y dije un 'joder'.

"George." Me quejé, caminando de regreso a mi cama. Me senté, luego me acosté y miré al techo. "Dime qué ponerme y me lo pondré".

"¿Bragas y sostén?"

Resoplé.

"Ja... gracioso. Si ese fuera el caso, no tendría que cambiar nada de lo que estoy usando ahora."

"¿Oh, en serio? ¿Solo estás usando bragas y sostén en este momento?"

"Sí." Mordí mi labio. "Ese sujetador de encaje rojo oscuro y la tanga a juego".

"¿Nada más?"

"No." Sonreí, pasando mis dedos por mi estómago. "Estoy bastante cachonda si tengo que ser honesto".

"¿Es eso así?"

"Te necesito."

"Mmm."

"George..."

"¿Si Hermosa?"

"Ven."

Bajé la mano por mi estómago y pasé el dedo meñique por la cintura, dejando escapar un profundo suspiro.

"¿La risa te puso así de cachonda?"

"¿Te has escuchado reír?" Yo pregunté. "Y tu voz es realmente ronca en este momento."

"¿Mi voz es ronca?"

Su voz ahora era mucho más clara, proveniente de algún lugar de la habitación. Giré la cabeza en esa dirección y lo vi parado no lejos de la cama.

"Escurridizo bastardo."

Colgué el teléfono y lo tiré a mi lado, sonriendo a George que se acercó a la cama.

Se inclinó y puso una mano a cada lado de mí, correspondiendo la sonrisa. Sin decir nada, se inclinó para besarme mientras yo pasaba una mano por su cabello.

Envolví mis piernas alrededor de sus caderas, tratando de empujarlo más cerca de mí, necesitando sentirlo contra mí.

"Por favor." Gemí contra sus labios. "Te necesito."