Lover | George Weasley

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Después de aproximadamente una hora, decidí ir a hablar con George.

Me quité los pantalones cortos que estaba usando y me puse un par de pantalones de chándal, y bajé las escaleras.

Caminé hasta que tuve una visión general de toda la tienda, mis ojos buscándolo, pero cuando no pude localizarlo, continué y encontré a Ron.

"Oye." Respiré, lo que hizo que me mirara.

"Dahlia... cierto, George me dijo que estabas enferma arriba".

"Si." Asenti. "No es uh, no es algo físico. ¿Lo has visto?"

Ron asintió y señaló hacia el pequeño pasillo que conducía a las oficinas en la parte de atrás.

"Está ordenando allí. Dijo que necesitaba pensar para sí mismo".

"Gracias." Le ofrecí una sonrisa antes de bajar.

Llamé a la puerta un par de veces antes de abrirla y revelarme. George estaba guardando algunos archivos en un archivador, mirándome sin decir nada.

"Sabes, no soy una idiota." Dije y entré a su oficina, cerrando la puerta detrás de mí. "No voy a volver con el hombre que fue la razón por la que me fui en primer lugar".

"Lo siento—" se rió. "¿Acabas de venir aquí para seguir peleando conmigo?"

Apreté mis labios juntos. Realmente no me gustó su actitud pero decidí no comentar al respecto.

"No estamos peleando".

"Por supuesto no." El se encogió de hombros. "Solo estamos hablando de tu nuevo amor por tu exmarido".

¿De verdad?

"Yo no— no estoy enamorada de él."

George se quedó paralizado, luego se volvió para mirarme con el ceño fruncido.

"Tu lo amas."

Suspiré.

"Por supuesto que sí." Dije. "Pero no es así. Lo amo porque es el padre de mis hijos y lo amo porque fue mi primer amor. Eso no es algo que simplemente se vaya. No me digas que todavía no amas a Angelina".

"Yo no la amo." Dijo levantando las cejas. "Ella me dejó a mí y a mis hijos. La detesto, pero esa es la diferencia entre tú y yo, Dia. No soy manipulado por mi ex cónyuge".

"Yo tampoco."

"Ay, vamos-"

"No." Le corté. "Estoy tan harta de que todos me digan que todos me están manipulando. Primero fue Malcolm, luego mi madre y ahora es Malcolm de nuevo. Tú, Inez y Dove son todos simplemente..."

Tomé una respiración profunda.

"Tengo veintiséis malditos años. No soy un niño al que debas cuidar. Soy consciente de que Malcolm puede ser un maldito bastardo y que puede hacer algunas cosas desagradables, pero..."

"¡No hay pero, Dahlia!" George gritó, haciéndome estremecer. "Te amo, Dia, pero eres tan malditamente ingenua. Veo cómo te has ido acostumbrando poco a poco a él durante el último mes. Él está logrando atraerte de nuevo y eventualmente te convencerá de que me dejes y regreses a él."

"¿Eso es lo que piensas?" Yo pregunté. "¿De verdad crees que eso va a pasar?"

"Sí."

"Bueno, entonces no veo por qué nos molestamos." Me burlé. "¿Por qué estás conmigo si crees que te dejaré?"

Nos miramos el uno al otro por un momento antes de que se encogiera de hombros.

"No lo sé, pero tal vez no debería estarlo".

Fruncí el ceño y me acerqué unos pasos a él.

"¿Disculpa?"

"Tienes razón." Él dijo. "No deberíamos estar juntos".

"Eso no es-" Me reí de frustración. "Hace una hora te estaba contando cómo podía vernos casados en el futuro, que nunca quiero perderte, y ahora estás rompiendo conmigo ¿por qué? Porque tienes miedo de eso ¿Que te dejaré por mi ex marido que me dio una paliza cuando se emborrachó? "

"Oh, entonces ahora admites que es horrible—"

"Vete a la mierda". Escupí. "Si así es como te sientes, iré a empacar mis cosas".

No dijo nada, simplemente me miró y me di cuenta de que no iba a intentar detenerme.

Me di la vuelta y salí de su oficina, atravesando la tienda antes de correr escaleras arriba.

Mientras empacaba las pocas cosas que tenía en su casa, interiormente esperaba que irrumpiera en el piso y me suplicara que me detuviera y me disculpara por romper conmigo, pero no lo hizo.

Cuando me fui con mi bolso, él todavía no estaba en la tienda, así que me apresuré a salir antes de que Ron hiciera alguna pregunta, y luego me aparecí en mi apartamento.

Desempaqué mi bolso, arrojé la mayor parte de la ropa en el cesto de la ropa sucia, y no fue hasta que me preparé una taza de té y me senté en el sofá, que me di cuenta de lo que acababa de suceder.

Oh, mierda.

Rompí a llorar, sintiendo que mi corazón se rompía ante la idea de no estar con George. Dejé caer accidentalmente mi taza de té, derramándolo todo en el suelo y eso solo me hizo llorar más fuerte.

¿Cómo esa pelea se convirtió en una ruptura tan rápidamente? ¿Cómo se las arregló Malcolm para arruinar mi relación mientras estaba encerrado en una maldita instalación?

Limpié el té del suelo, puse la taza en el fregadero antes de levantar mi teléfono y llamar a Inez.

Ella respondió rápidamente.

"Hola bebé."

"Él rompió conmigo."

"¿Qué?"

Sollozando, me pasé una mano por la cara, recostándome en el sofá, mirando al techo.

"No sé qué pasó". Lloré. "Estábamos peleando por Malcolm y luego él rompió conmigo".

"¿Dónde estás ahora? ¿Tu piso?"

Tarareé.

"Llego en un momento."

Colgó y solo un segundo después, atravesó mi chimenea y se sacudió el polvo de los pantalones.

"Oye." Dijo suavemente, acercándose al sofá. Se sentó en el borde y me miró mientras lloraba.

"Dijo que estaba asustado de que iba a terminar dejándolo por Malcolm". Sollocé. "Porque aparentemente ha sido capaz de manipularme de nuevo".

Cubrí mi rostro con ambas manos.

"Oh Dios." Me atraganté con mis propias lágrimas mientras me sentaba, Inez me abrazó.

"Estoy segura de que no lo decía en serio." Ella trató de consolarme. "Dale uno o dos días. Probablemente sea solo una pelea".

"No," negué con la cabeza. "Dijo que no deberíamos estar juntos y no me detuvo cuando empaqué mis cosas... él— no puedo hacer esto, Inez... Estoy más feliz con él no quiero que eso se detenga".

"Oye, relajémonos por un momento." Dijo, acariciando mi cabello. "Ve a tomar una siesta. Te sentirás mejor cuando te despiertes. Puedo hacer que Dove recoja a las niñas de la escuela y pase algo de tiempo con ellas para que tú y yo podamos tener algo de tiempo para hablar de esto, ¿no?"

Asentí con la cabeza, tomando una respiración profunda, forzando a que mis lágrimas se detuvieran. Necesitaba relajarme. Necesitaba no entrar en pánico.

Inez tenía razón.

Probablemente fue solo la pelea.

George no rompería conmigo por eso.