Sucedió a los dieciséis, estaba duchándome y como todo adolescente, mis hormonas tenían un cierto desbalance. Cabe resaltar que este tipo de textos no estaban dentro de los que usualmente leía. Tenía cierto conocimiento sobre el cuerpo humano y el paso de la pubertad a la adolescencia, pero la masturbación se me hacía algo completamente innecesario.
Comencé tocando con cuidado y por alguna razón toda mi piel estaba sensible. De pronto la temperatura de mi cuerpo fue subiendo gradualmente y las ganas de seguir tocando repitieron el mismo patrón.
Ejercí fricción justo donde sentía placer moviendo cada vez más rápido hasta que por fin pude llegar a donde todos estos movimientos erráticos me estaban intentando llevar.
Mis dedos se mancharon de un líquido blanquecino, sabía de que se trataba y rápidamente, asustado, dejé que el agua se lo llevara junto con todo rastro de calor en mi ser.
Los siguientes días me bañé apurado para no tocarme demasiado y aprendí que no debería subestimar a las hormonas.
Ese calor estoy sintiendo justo ahora, estás acariciando mi espalda con una mano, de arriba a abajo y se siente bien, la otra está estrujando mi cintura.
Mis brazos rodean tu cuello y solo quiero estar más cerca, pero de pronto te alejas sin más y corres hacia otro lado de la habitación.
—¿Qué te pasa?—pregunto aturdido.
—Precaución Jiminie—respondes agitado tratando de tapar tu entrepierna.
No acabo de entender, tal vez tienes ganas de ir al baño.
—Explícame.
—¿Te has mirado a un espejo?
Ahora entiendo menos.
—Lo hago cada día— digo notando que la confusión le está ganando a los pensamientos extraños dentro de mi cabeza y al ardor en mi piel.
—Pues debes haberte dado cuenta de tu belleza irreal, no soy ciego ni de piedra. Cierta parte de mi cuerpo reaccionó al estar tan cerca ¿Comprendes?—el panorama nunca había estado tan claro.
—¡Si, estás excitado!—me siento un erudito, pero pones un dedo en tu boca, desesperado indicando que haga silencio por ese "sh" que escucho.
—Por favor, no lo grites. Ten compasión de mi ¿Acaso tú no estás ni un poco afectado?
Miro a mis pantalones y es que recién me doy cuenta de este serio problema.
—¡Oh, yo también!
Si pudieras pegar una cinta adhesiva en mi boca, hay un 99% de probabilidades de que lo harías, el 1% restante es porque tengo fé en que serías paciente conmigo.
—Jimin ¿Quieres qué todos se enteren de esto?
—No sería para nada conveniente ventilar momentos privados, sobre todo de este calibre.—señalo a mi entrepierna—No puedo pedir que baje, ni tocarlo así que, lo mejor que podemos hacer es esperar.
—Eres un novato—ries entrando en confianza y acercando una silla de ruedas hacia mi, sentándote justo a lado—Si desfogas puedes hacer que baje, pero como no es el lugar adecuado tienes que improvisar.
—¿Improvisar?
—¿Alguna vez has imaginado a la señora Cho en ropa de baño?
—Lamento decirte que en absoluto no es algo de mi agrado.— aseguro.
—Exacto, cuando piensas en cosas feas. Baja. El vomito, su olor o la popó de perro, el hígado de res.
Eso último si me causó asco.
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52BLEU [Kookmin]
FanfictionJιмιɴ eѕ υɴ ѕolιтαrιo eѕcrιтor qυe ɴo тιeɴe vιdα ѕocιαl. Jυɴɢĸooĸ ѕolo qυerία ѕαвer qυιeɴ eѕ el тιpo qυe тιró ѕυ вαтιdo y ѕe ғυe ѕιɴ pedιr dιѕcυlpαѕ. Coɴocιeɴdo αѕί, α ѕυ eѕcrιтor ғαvorιтo. -Oh Dios, me hɑs mirɑdo ɑ los ojos. -¿Qué hɑces? -Agrɑd...