Caricia

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Lamento esconderte mis miedos, lamento no ser tan valiente como tú lo eres, pero siento la necesidad de protegerte de él, no estoy seguro de lo que pueda hacerte si sabe de ti.

No es una persona con la que se pueda razonar y tu no eres tan paciente como yo, pero él también es radical.

Ahora mismo puedo sentirme protegido al estar entre tus brazos, te quedaste conmigo durante toda la tarde después de mi crisis nerviosa. Me llevaste a tu casa, hiciste la cena y me tratas como a un pequeño niño al que quieres proteger.

Estoy feliz, esto me gusta, acostados en el sofá, tu abajo y yo en tu pecho, puedo escuchar tus latidos y oler de cerca tu aroma, eres cálido Jimin.

—¿Estás cómodo?—me preguntas, acariciando mi cabello.

—Desearía quedarme así, toda la vida–ries y pellizcas mis mejillas con esos bonitos y finos dedos—¡Ouch!

–Fui delicado, no exageres.

—Lo sé, solo quería molestarte un poco—me excuso—No quiero volver a casa hoy.

Son casi las 10 p.m, realmente quiero atesorar este momento por toda mi vida, si pudiese crear un bucle, este sería en momento perfecto.

—No te vayas, entonces—creo estar soñando—Puedes quedarte a dormir.

—¿E..estás seguro?—ay, Dios estoy tartamudeando.

—Lo estoy, ven conmigo. Te daré algo de ropa para dormir—nos levantamos del sofá y te sigo hasta lo que identifico como tu habitación—Tengo un pijama que compré por internet hace un tiempo, pero me lo mandaron en una talla más grande de la mía y por esa razón no lo he usado—dices, buscando entre los cajones del gran closet blanco, estoy seguro de que ahí entramos cinco personas tranquilamente, solo en la parte de los colgadores.

—Tienes mucha ropa— es lo único que me atrevo a decir.

—De vez en cuando gasto mi dinero comprando mucha ropa—alzas y bajas los hombros para luego sonreír al encontrar lo que estabas buscando—¡Aquí está!—me muestras un conjunto a cuadros de camisa y buzo en color azul y líneas negras.

—Es lindo—me lo ofreces y lo tomo tratando de medirlo sobre lo que llevo puesto-Si me queda.

—Iré a bañarme, después de salir, podrás entrar a bañarte tambien. No demoraré mucho, solo deja que tome una pijama para mi.

Oh, verte recién bañado y con pijama debería ser contenido pagado. Demasiado para mí corazón.

—Claro, te espero.

Escucho el sonido de agua caer y camino por tu habitación con curiosidad.

En las mesas de noche que tienes a cada lado de la cabecera de tu cama, hay lámparas y un par de fotos en portarretratos.

En la foto del lado izquierdo estás tú con dos personas que pienso, son tus padres, te pareces mucho a ellos.

En el otro lado hay una foto con luces de colores marcando más los tonos azules y verdes, eso me recuerda a la exposición a la que fuimos la primera vez que salimos juntos.

Saco mi teléfono y comparo algunas de las fotos que tomé.

—Tengo un 90% de seguridad de que se trata del mismo lugar.

—¿Qué haces?—salto del susto y volteo encontrándote con una bata de baño y el cabello desordenado.

—M..miraba mi teléfono—respondo alzándolo.

—Ya puedes entrar a bañarte.

—Está bien.

El agua es tibia y el olor a tu shampoo es bastante agradable, me he dado cuenta que te gusta usar aromas frutales, me encantan.

Al terminar, tomo una de las toallas que están en una pequeña estantería y de las que dijiste que tomé para secarme el cuerpo, luego una más pequeña del mismo lugar, para el cabello. Me cambio antes de salir del baño y aún con la toalla pequeña, salgo secando mi cabello mientras la otra se queda colgada en una baranda ancha del baño.

—Estoy listo—te digo, llegando hacia ti al ver que estás usando la secadora frente al espejo de cuerpo completo en un rincón de tu amplia habitación.

—Ven aquí, te secaré el cabello, de otro modo te resfriarás—me acerco y comienzas una danza con el peine y la secadora a mi alrededor.

Cuando te sientes satisfecho de tu trabajo, apagas la máquina y dejas enfriar el motor en una cómoda donde hay muchos productos del cuidado de la piel.

Tomas uno de ellos, lo abres y sacas un poco para ponerlo en cada mejilla, frente, mentón y nariz. Caminas hacia mi, sacas otro poco y repites la acción.

—Esparcelo por tu rostro con las yemas de tus dedos.

No se que es, pero me da mucha pereza preguntar. Vuelves a hacer todo el proceso, pero con otra crema y esta si tiene olor, huele bastante bien.

—¿De qué lado duermes?—preguntas.

—Izquierdo—respondo rápidamente.

—Perfecto, me gusta el derecho.

Una señal más que Dios me da, confirmando que somos el uno para el otro.

Nos acostamos y por unos segundos miramos al techo como dos idiotas perdidos en sus pensamientos. Cuando esos segundos acaban, volteas hacia mi.

—¿No confías en mí?

—Te confiaría mi vida sin dudarlo.

—Entonces ¿Cuál es la razón?

—Quiero protegerte, solo quiero que puedas seguir siendo el Park Jimin por el cual mi corazón late con locura.

—Creo que ya me conoces lo suficiente como para saber que no suelo reaccionar del mismo modo que los demás.

—Estoy seguro de eso.

—Solo por esta vez, dejaré que lo hagas a tu manera y esperaré a que me lo digas, pero de aquí en adelante quiero saber todo lo que te sucede, no tengo demasiado conocimiento sobre relaciones amorosas, pero por lo menos tengo entendido que se basan en confianza y fidelidad.

—Eres la persona más comprensiva en este mundo.

—Debería ganar un premio.

—No exageres.

Estamos mirándonos tan fijamente que tengo el impulso de acercarme a ti un poco más, de besarte, de abrazarte, me siento con la libertad de hacerlo, porque no me rechazas, es más, disfrutas de mis caricias.

Nos hemos acostumbrado al sabor de nuestros labios, al ritmo que llevamos al besarnos, siento que cada día te conozco un poco más, pero hoy me gustaría explorar más aún.

¿Estoy siendo codicioso?

Creo que también tienes tanta o más curiosidad que yo.

Se me fue el internet y he esperado a que vuelva, son la 1

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Se me fue el internet y he esperado a que vuelva, son la 1.29 a.m.

Ahora si, voy a dormir.

Melissart🌠

52BLEU [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora