52BLEU [Kookmin]

Dulce

Este capitulo tiene contenido 🔞, leer bajo su responsabilidad.

[Antes de leer, por favor pasar a la guía Mpreg que está en mi perfil, para este y futuros fics]

Son casi las 8 p.m. y la oscuridad ya ha llegado desde hace un buen rato. Me pides que solo deje las luces de las lámparas prendidas.

¿Estás nervioso Jiminie? ¿Es porque comienzo a desvestirte con delicadeza? ¿O es por la cara de idiota que tengo al ver lo hermoso que eres?

—Si alguien me dijera que fuiste hecho a mano, le creería— te digo apreciando tu cuerpo desnudo.

Carmín, es así como se pintan tus mejillas, tus hombros, tus orejas.

Parece que alguien acaba de pasar un pincel con tonos de acuarela sobre tu piel.

Buscas mi mano con los ojos cerrados y me apresuro a entrelazar tus dedos con los mío, soy el hombre más feliz del mundo porque puedo ver esos hermosos ojos brillar y es tan reconfortante que sea por mí.

Es tu primera vez, pero tu eres mi primer amor y jamás he pensado mucho en ello. Las personas siempre encuentran mejores amores, se olvidan y se crea una enorme fila de pasiones y caricias pasajeras hasta encontrar eso que para mi es importante.

Estoy aterrado Jimin, estoy aterrado de que no logres amarme y solo sea una experiencia de paso, porque quiero ser para ti, lo mismo que quiero que seas para mi.

El último amor, quiero afrontar este mundo contigo, quiero vivir y sufrir contigo. Necesito tus besos cada mañana al despertar y cada noche antes de dormir.

Por eso voy a arreglar esto, solo dame un mes cariño, y verás que jamás me alejaré de ti. Quiero lograr que un día me mires a los ojos y digas que me amas sin vergüenza, sin dudas y sin temores.

—En cada lugar que dejas un beso, se siente caliente—acaricias mi cabello con una de tus manos mientras que con la otra te sostienes de las sabanas como si fueras a caer a un precipicio si la sueltas.

Deslizo mis manos por el interior de tus muslos separando tus piernas para comenzar a dejar una fila de besos suaves que te hacen estremecer.

—Se siente extraño—alzo la vista y estás mirándome expectante.

—¿No te gusta?

—Si me gusta, es placentero.

No necesito más, continuo con mi labor presionando un poco tu piel intentando sentir más tu textura, como si eso fuera posible.

Mis labios están ocupados entre tus piernas y una de mis manos sube hasta tu vientre acariciándolo con delicadeza.

Y solo recibo más caricias de tu parte, las yemas de tus dedos dibujan un círculo en mis mejilla para luego pellizcarla.

Tomo el lubricante y derramo un poco sobre tu piel logrado que tiembles ante el cambio de temperatura por la frialdad del líquido. No espero mucho para comenzar a esparcirlo por tu miembro ya excitado, pero también quiero probar que tan dulce sabe, quiero saber si sabe mejor que tu piel, aunque no lo creo. Nada es más sublime que besar cada parte de tu cuerpo.

—¿Estás...? ¡Oh cielos!—estás sorprendido y gracias a lo poco que puedes decir, noto lo mucho que te gusta. Esta vez enrriedas tus dedos en mi cabello, pero no ejerces fuerza, estás consciente de que puedo ahogarme.

Incluso después de que el sabor a cereza se ha ido, me sigues sabiendo dulce, me sigues gustando, me sigue fascinando la manera en la que tomas una de las almohadas y la aprietas con desesperación a causa de la ola de sensaciones que estás experimentando.