Escuché en algún lado que el cielo se pone más oscuro, justo antes de que el sol salga.
Oscuridad, claridad, no he entiendo mucho de esas cosas, todo había sido tan monótono hasta hace un tiempo, que me es difícil entender cómo no me di cuenta del gris en el que vivía, no tenía emociones ni tristezas más allá de lo común y jamás me interesó tener contacto alguno con lo que la gente llama amor.
Desde que mis padres murieron, los colores se apagaron, si antes vivía en un tono sepia, todo pronto se convirtió en gris, pero esta bien para mi. No me quejé, me gustaba y de alguna manera lo disfrutaba.
No diré que no extraño esas épocas, eran bastante tranquilas, pero ahora hay tantos colores que mis ojos día con día descubren uno nuevo.
Puedo decir aquello que siento, porque esta vez lo hago, no tengo que investigar más lo que es el calor de un abrazo, solo tengo que pedirtelo. No tengo que ver películas románticas para saber que nuestros días son lo más dulce que puedo haber visto y las noches cálidas, en ocasiones ardientes. Nada nunca había sido tan claro y tan brillante para mi.
Poco a poco voy conociendo todo lo que me falta saber de ti y tu de mi.
Cuando estás cansado, roncas. En ocasiones olvidas peinarte después de bañarte y dejas que tu cabello se seque a la intemperie. Lees artículos que hablan sobre mi y si no te gusta alguna cosa, comentas con enojo, desmintiendo chismes irrelevantes, pero que para ti tienen toda la importancia del planeta. Has instalado una gama de leches de sabores en el refrigerador y por la noche te gusta esconder tu rostro en mi cuello porque, según tú, mi aroma es mejor que cualquier perfume.
Si te doy la espalda al dormir, pasas tus manos por abajo de mi camisón aprisionado mi cintura contra tu cuerpo mientras dejas besos suaves en mi nuca y yo no puedo resistir la necesidad de tener más de ti. Entonces, terminamos cansados de explorarnos una y otra vez.
—Amor, tengo que ir a trabajar—me dices mirando el reloj en la cómoda de a lado de la cama y al mismo tiempo intentando separarte de mi, que estoy pegado como un koala a tu cuerpo.
—No vayas—digo con pereza, abrazándote más y ríes por lo apegado a ti que me he vuelto últimamente.
—Espera, no me hagas cosquillas—te quejas sonriendo y mostrando esos dos lindos dientes que te hacen ver tan inocente—Sabes que no puedo faltar, vendré temprano y te haré una cena deliciosa si me dejas ir.—negocias y accedo, pero antes de salir de la cama, te volteas y me llenas de besos.
Esto es mucho mejor que una escena típica en una película, porque estoy sintiendo amor real y tú también lo sientes.
Somos felices Jungkook, somos realmente felices.
—¿Qué tienes pensado hacer de desayuno, amor?—me dices desde el baño.
—Mi trasero—he estado viendo contigo una serie en la que hacen muchas de esas bromas, no es mi culpa, te gusta demasiado y siempre termino acostado a tu lado mientras ríes sin parar.
—¡Dejemos eso para la noche, prometo disfrutarlo!
Esta vez soy yo quien ríe.
—¿Qué tonterías decimos?
—Cosas de parejas felices, amor.
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52BLEU [Kookmin]
FanfictionJιмιɴ eѕ υɴ ѕolιтαrιo eѕcrιтor qυe ɴo тιeɴe vιdα ѕocιαl. Jυɴɢĸooĸ ѕolo qυerία ѕαвer qυιeɴ eѕ el тιpo qυe тιró ѕυ вαтιdo y ѕe ғυe ѕιɴ pedιr dιѕcυlpαѕ. Coɴocιeɴdo αѕί, α ѕυ eѕcrιтor ғαvorιтo. -Oh Dios, me hɑs mirɑdo ɑ los ojos. -¿Qué hɑces? -Agrɑd...