Verdad

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—¿Estás bien Jimin?—pregunta la mujer mayor que vivía a un costado de si casa—Apenas escuché el alboroto, llamé a la policía. Tu casa es la más tranquila del vecindario, tuve medio de que algo te hubiese sucedido.

El rubio toma la mano de la mujer y la acaricia sintiendo cada una de las arrugas en ella, marcadas por la vejez. Aún así era cálido.

—Muchas gracias, ha salvado mi vida—hace una reverencia de medio cuerpo—Y lamento haberle causado molestias.

—¡Oh no, por favor no te disculpes querido! Estoy feliz de haber ayudado en algo, pero ahora toda tu casa está destruida—dice, mirando alrededor—Esto es un desastre.

Y era cierto, todo estaba destruido, gracias a Dios la fotografía de sus padres y él, en su habitación, estaba intacta.

—La chapa de la puerta no sirve, lo único que me queda es ponerle candado desde afuera y cerrar la reja con llave.

—¿Dormirás aquí?

—No lo creo, pero por favor no se preocupe. Después de todo soy un adulto, sabré solucionarlo—sonríe intentando brindarle seguridad.

—De vez en cuando, no es malo ser un niño otra vez.

Nuevamente se encontraba solo en esa casa completamente destruida y un oficial de policía se quedaría afuera por precaución.

Toma el teléfono y llama a un número en específico.

–¿Jimin, sucede algo?—responde Hoseok.

—Necesito que vengas, ahora.—dice sin más.

—¿Pasó algo? Recién me levanto, me quedé dormido. ¿Puedo ir mañana?

—No, es ahora. Lo antes posible.

Hoseok no hizo muchas preguntas más y decidió alistarse para ir a casa de Jimin, porque su voz sonaba realmente seria y temía que algo malo pudiera haber pasado.

Veinte minutos después ya se encontraba en la entrada y al estacionarse pudo notar al oficial afuera.

Definitivamente algo había sucedido.

Después de identificarse y algunas preguntas del policía, pudo entrar y el panorama solo se hacía más macabro.

Todo estaba regado por el piso, vidrios, porcelana, libros, no entendía como pudieron romper una mesa de madera, pero así lo hicieron.

Esto parecía una perfecta escena del crimen y esta seguro de que quien hizo todo esto, tenía un serio problema de psicopatía.

Rápidamente buscó al dueño de la casa con la mirada, esperando encontrarlo ileso.

Entre todo el desorden no notó a Jimin, sentado en el sofá con la mirada perdida, despeinado, el camisón que llevaba estaba sucio de tierra al igual que sus pies descalzos. Park Jimin no se encontraba ahí, sus ojos no mostraban profundidad, no había nada que ver y esto hizo que se asustara.

Como pudo llegó hasta él y lo tomó de los hombros buscando que sus miradas se conectaran.

—¿Quien hizo todo esto?—preguntó.

Pensó que no le contestaría, pero lo hizo.

—No se como se llama, pero sé que quería matarme y de no ser porque no quería ensuciarse demasiado las manos, tu también estarías muerto.

Un sudor frío se hizo presente en su espalda.

—Creo que no tengo que explicar demasiado, él pudo romper esa mesa—la señala sin voltear la mirada—Quiero pensar en que estoy vivo, pero mi mente sigue repitiendo todas las oportunidades que tuvo de torturarme hasta cansarse y no puedo mantenerme tranquilo. ¿Qué se hace en este momento?

52BLEU [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora