Violento

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8 a.m.

La luces del sol le impiden seguir durmiendo y se levanta con pereza de la cama para comenzar su día. El desayuno solo consta de una taza de café y un par de tostadas con mantequilla de maní, realmente Jimin amaba el maní.

Después de comer, salió al jardín dejando sus sandalias dentro de la casa para poder sentir ese cosquilleo en los pies que tanto amaba. Desbloqueó el teléfono y buscó esa playlist que reproducía cada que deseaba perderse un poco de la realidad. Es así como se quedó dormido, recostado en el suelo, dejando que el viento acaricie su rostro.

11.00 a.m.

El timbre del teléfono lo levantó de golpe, asustado y presionó la pantalla tratando de atinarle al botón verde, y lo logró, pero fue al botón rojo en su lugar.

—Maldita sea—ya un poco más despierto, vio el contacto y se sorprendió al ver el nombre de Hoseok en la pantalla—¿Será sobre el trabajo? Bueno, no creo que sea algo más que eso.

Froto sus ojos con los puños y se dispuso a llamarlo de vuelta, pero no fue necesario porque Hoseok volvió a llamar.

—¿Hola?—pregunta el menor, esta vez completamente despierto.

—Buenos días Jimin, lamento llamarte de improvisto. Solo quería saber si te encontrabas en casa.

Termina de hablar y el rubio no entiende de que se trataba esto.

—Estoy en casa, pero no logro comprender la necesidad de saber si estoy en casa.

—Es que yo—hace una pausa, balbucea un poco y por fin se decide que hablar—Estoy afuera.

—¿Aquí? ¿Para qué?

Cada vez tenía más curiosidad.

—No quiero molestarte, solo el idiota de mi amigo, tu novio, quiere estar seguro de que te encuentres bien.

Jimin sonríe inconscientemente.

—¿Te obligó?

—Digamos que me amenazó y tuve que venir—confiesa—Traje el almuerzo.

—¿Cómo sabes que no he cocinado?

—Jungkook dice que comienzas que cocinar a las doce y como son las once, supuse que no tendrías nada preparado.

Este chico realmente se fijaba en los detalles.

—Esperame, iré a abrirte.

12.40 a.m.

—¡Estoy lleno! Ese lugar donde compro los almuerzos debería ser el número uno en el mundo.—declara Hoseok sobando su estómago después de terminar de comer.

—Estuvo delicioso, gracias por la comida—deja los palillos apoyados a un lado de su plato.

—¿Verdad?—pensó que esta visita sería completamente incómoda y hasta la comida le caería mal, pero estaba disfrutando de su compañía—Jimin ¿Por qué me estás cayendo bien?—pregunta sin reparo y este alza la mirada para observarlo atentamente.

—No lo sé, tal vez porque justo hoy acabas de tomarte el tiempo, aunque obligado, de conocerme sin todos los prejuicios que seguramente tienes por lo que te han contado. Podemos estar en la misma empresa hace años, pero solo te has dignado a saber lo que los demás creen y no lo que tú juicio puede decir de mi.

No podía refutar su lógica, Jimin siempre fue directo y sincero. Mucha gente hablaba sobre su belleza, su mirada intimidante o lo insignificantes que se veían a su alrededor, pero si lo pensaba bien, esto nada más se trataba de percepciones.

52BLEU [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora