52BLEU [Kookmin]

Castigo

Wook baja las escaleras, nervioso, limpiando el sudor de sus manos en sus pantalones hasta que un bueno grito hace que acelere el paso.

—¡Wook baja de una buena vez!—su padre no iba a esperar a su santa paciencia.

—Ya estoy a-

Cuando por fin pudo verlo, notó la cantidad de policías que venían junto a él y supo que todo había terminado, aún así intentó jugar con la mente de su padre para convencerlo, como siempre lo hacía.

—¿Qué se supone que es todo esto?—finge intriga.

—¿Debo repetir todos y cada uno de tus crímenes? Creo que eso no es necesario, tengo una orden de arresto y de allanamiento, todo acabó para ti.—sentencia y alza una mano haciéndole una seña a los policías atrás de él para que puedan colocarle las esposas.

—¿Qué es lo que te sucede? ¡Maldita sea, soy tu hijo! No puedes hacerme esto, suéltame ¡No me toques!—se dirige a un policía que acababa de tomar uno de sus brazos, pero este no hace caso y otro de ellos lo sostiene mientras forcejea—¡Quítame esto que no estoy de humor para tus estúpidas bromas!

—Me encantaría que fuera una broma, pero no solo me has decepcionado, has violado la integridad física de personas a tu antojo, un intento de homicidio, un secuestro y tal vez, si las investigaciones llegan a la verdad, el asesinato de tu propio esposo. Eres una vergüenza y ya no voy a tapar el sol con un dedo, haré lo que debí hacer desde que eras un niño, te enseñaré que cada acción tiene sus consecuencias.

Los ojos de Wook estaban por salirse de sus órbitas, la rabia que albergaba su cuerpo, era inhumana.

—¡Maldito viejo hipócrita! Jamás te importé, trabajo y más trabajo, es tu culpa todo esto. Es tu cruz y vas a morir sabiendo que todo lo que hice, tiene tu nombre y apellido. ¡Te odio, no sabes cuanto desearía matarte a ti y a todos esos imbeciles! ¡He vivido una vida miserable gracias a todos ustedes, escorias de mierda!—escupía cada palabra como veneno, pero el hombre mayor, no iba a claudicar y antes de su hijo fuera subido al vehículo para ser trasladado a la comisaría, pronunció las últimas palabras que le diría como padre.

—Siempre estuve para ti, solo tenías que confiar en tu padre, pero no lo hiciste y en cambio te enrredaste en este mundo lleno de malicia, yo hubiese alumbrado tu camino hijo, pero tu jamás elegiste mi luz—limpió una lágrima y ordenó a su gente, revisar el lugar.

Wook por su parte, no pudo pensar en más que lo que le dijo su padre. Tenía razón, pero jamás lo diría en voz alta.

La policía revisar el lugar y en una habitación del tercer piso, pudo encontrarlo, acostado en el suelo.

Procedieron a levantarlo con cuidado al darse cuenta de que se había desmayado, fue trasladado directamente a un centro médico cercano para ser atendido.