Solo yo [[Trilogía Solos 1]]

C. 08: Hugo.

El beso estuvo muy bien, extremadamente bien. Sentir sus labios sobre los míos fue como una explosión de sentimientos. Es que sentir sus labios, rozando cada beso, su lengua tocando la mía, él cargándome para sentarme en el mueble de la pica, nuestras respiraciones aceleradas... Nosotros no queríamos algo más que un "simple" beso. Nuestras respiraciones lo decían. Se notaba.

Sigo sin creerlo: ¡Había besado a mi mejor amigo!

Seguro que estaba muy roja, notaba mis mejillas ardiendo.

Cuando me aleje de él me fui rápido a la cafetería. Sabrina estaba limpiando las mesas, pero cuando me ve deja el paño en la mesa y comienza a reírse.

- ¡No me lo puedo creer! -dice de repente.

Resóplo y me siento en la mesa que ella estaba limpiando.

- Por lo menos arréglate esos pelos.

Me deshago la coleta y me hago una trenza baja.

- Explica lo que ha pasado -me dice sentándose a mi lado.

- Solo nos hemos besado, después él me a cargado para sentarme en el mueble de la pica y... ahí es cuando me he alejado de él.

- ¿Ha sido Ethan o Hugo?

- Ethan.

- Vale... -piensa un momento-, ¿Estáis en una relación o algo?

Niego con la cabeza y ella bufa, se levanta y me mira fijamente.

- Si no hay relación no hay nada, Lucia.

- Pero...

- Si no hay relación no hay nada. Hazme caso.

Asiento y juego con mis manos.

- Sabrina, -miro a la entrada y veo al director; pelo castaño bien peinado para atrás, ojos negros y barba de dos días. Nuestro director es bastante joven, debe de tener unos treinta y pico.- ¿Te pago para que hables con los alumnos de este centro o para encargarte de la cafetería?

- Lo siento señor director. -Dice bajando la cabeza.

- Prepárame un café, anda.

- Ahora mismo.

Mientras Susana le prepara el café al director yo miro un momento el móvil. El director se acerca a mi y me dice:

- ¿No deberías estar en clase?

- Le he dicho al profesor que si podía ir un momento a la cafetería, estaba agobiada. -Digo sin mirarle.

- Deberías calmarte un poco con dieciséis años, Lucia. -Lo miro frunciendo el ceño-, sí, el diario del instituto lo cuenta todo sobre cada alumno. Deberías ser más discreta.

- ¿Me está diciendo que deje de hacer mi vida y me quede encerrada en las cuatro paredes de mi habitación? -Pregunto con educación.

- No... -iba a decir algo más pero en ese momento suena su móvil, lo enciende para ver quién es y lo pone en la mesa. Veo que es una notificación de WhatsApp. No logro ver quién le manda el mensaje porque apaga el móvil rápidamente. Solo logro ver la letra del principio que empieza con una "N".

¿Algún nombre que empieza por esa letra? Sí, un montón de nombres. Pero la pregunta no es esa, la pregunta es: ¿Ese mensaje es de la persona que escribe en el diario del instituto? Porque si es así ya puedo correr a encontrarla o encontrarlo.

- Aquí tiene su café -dice Sabrina acercándose a él con el vaso de cartón en la mano, el palito dentro del vaso y el azúcar en la otra mano.

- Gracias -dice agarrando el vaso de café y el sobre de azúcar.- Y ya no vayas a clase, señorita Brown. Quedan cinco minutos para el recreo.