C. 37: La hora de la verdad.

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Me preparo para mi peor pesadilla. Me miro en el espejo largo de mi habitación, tengo puesto unas bambas negras con unos tejanos largos y una sudadera de Ethan que me va enorme. Estoy nerviosa y horrorizada, los dedos de mis manos tiemblan al volver a recordar todo lo que pasó desde que comenzó el instituto y sobre todo aquel sueño. Otra vez ha pasado, pero esta vez en un sitio diferente; en el juicio. La sangre por toda la habitación, ella con la cabeza de Ethan en las manos...

Miro a otro lado poniendo las manos en mi rostro y llevándola a mi cabello.

<<No me puedo creer que no esté mejorando >>.

— Estarás bien, cariño —la voz de mi prima hace que me dé la vuelta y la mire.

— Estoy estresada. —Admito.

— Lo sé, es normal. —Dice viniendo hacia mí y pone las manos en mi rostro—. Tenemos demasiadas pruebas, eso hace que tú ya no vuelvas a pasar por lo que pasaste.

Asiento.

— Todo es gracias a él.

Ella asiente.

— ¿Ya estás lista? —Me pregunta.

— Sí. —Murmuro.

— Pues venga, baja a desayunar que sino luego te dará un parraque.

— No tengo mucha hambre. —Le digo sin ganas.

— ¿Qué he dicho? —Me pregunta alzando una ceja.

<<Oh, no... esa mirada no>>.

— Sí, señora. —Digo rápidamente.

Ella ríe bajo y nos dirigimos a la cocina.

Martí y Ethan están acabando de comer mientras miran los papeles con nuestra abogada en la isla de la cocina. Ethan nota mi presencia, eso hace que alce la mirada a mí y me muestre una media sonrisa de: "Todo va a salir bien".

<<Pues eso espero...>>.

— ¿A qué hora teníamos que estar allí? —Le pregunta mi hermano a Triana, nuestra abogada.

Martí consiguió a Triana gracias a un amigo de confianza de la universidad. Ella es su tía y ha aceptado ser nuestra abogada sin pensarlo dos veces ya que mi hermano es muy encantador y le cae bien a todo el mundo.

— Son las tres y cincuenta, a las cuatro y diez vamos yendo para allí. —Le contesta mirando el reloj de su muñeca para después mirar las fotos y los documentos con toda la información sobre lo que pasó, concentrada.

— ¿Crees que ella habrá conseguido un abogado? —Pregunta mi hermano.

Él ahora no la llama "mamá" o "nuestra madre" cuando a veces hemos hablado sobre el tema, la llamaba por su nombre, y lo sigue haciendo.

— No. —Le contesta Triana—. Le han comprado un abogado para que se pueda defender, pero seguro que no se va a salvar de estar en la cárcel, tenemos más información que ella, seguro.

Me encojo de hombros, y suspiro mirando a una esquina, pensativa.

— ¿Quieres algo de comer? —Me pregunta Ethan mirándome fijamente y yo niego.

— No, tranquilo: estoy bien. —Le sonrío dulcemente.

— Vale, como digas... —murmura levantándose del taburete alto de color rojo. Viene hacia mí con una leve sonrisa y me da un beso en la frente mientras me enrolla con sus brazos.

Sonrío sin poder evitarlo.

— Eres adorable —murmura cerca de mi oído besándome el cabello.

— Y tú demasiado cursi —escucho la voz seria de Martí—. Luego cuando acabe todo podrás hacer lo que quieras con mi hermana.

Solo yo [[Trilogía Solos 1]] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora