Ya es lunes. Me levanto de la cama y hago la rutina de la mañana. Bajo a la cocina y miro a mi hermano y a mi madre.
— ¿Vas a ir sola al instituto o te recoge Pablo?
— Ethan me viene a recoger, mamá.
— ¿Un nuevo chico? –Pregunta mi hermano, divertido.
— No, Pablo se ha cambiado de nombre, y ahora se llama Ethan.
— Le queda mejor ese nombre que el otro. Cada vez que le llamaba Pablo me recordaba a Pablo Alborán. –Dice Martí.
Mi madre suspira y bebe un poco de su café.
— Que haga lo que quiera. Esta adolescencia cada vez está peor...
Me hago un café y le pongo dos cucharadas de azúcar moreno. Bebo un poco y me llega una notificación del WhatsApp en el móvil: Ethan ya está aquí. Dejo la taza en el fregadero, me cuelgo la mochila en el hombro. Me despido de mi madre y de mi hermano mientras salgo de casa. Veo enfrente el coche de Ethan. Sonrió ampliamente acercándome a él, abro la puerta del asiento del copiloto y me siento.
— Hola, angelito —me saluda divertido.
— Hola Eth —le saludo en el mismo tono que me lo ha dicho él.
Niega con la cabeza soltando una risita y arranca el coche.
— ¿Has hecho lo de literatura? —Le pregunto.
Abre los ojos como platos.
— Mierda, no lo he hecho.
Miro la hora en el móvil y lo miro.
— Tranquilo, tenemos treinta minutos para que hagas los doce ejercicios.
— ¿Me... me vas a ayudar?
— Si tu quieres.
Lo miro y veo que se pone un poco nervioso, dudoso.
— Te voy a ayudar —le digo y él me mira de reojo.
— ¿Enserio? —Suena sorprendido.
Asiento.
Cuando llegamos al instituto Ethan aparca el coche en el parking de al lado.
Nos quedamos mirándonos a los ojos. Sus ojos verdes se ven tan brillantes que me dan ganas de acercarme a él y besarlo. Baja su mirada e inconscientemente me toco mis labios pensando que es ahí donde está mirando.
— Sí, Lucía: ahí estoy mirando.
<<Oh, Dios mio>>.
Me levanto rápidamente pasándome las manos por mi rostro.
<<¿¡Cómo he podido soñar eso!?>>.
Separo las manos y miro la puerta, Ethan está apoyado en ella mirándome fijamente.
<<¿Que hace aquí?>>.
— Buenos días.
Suspiro y me giro para hundir mi cabeza en la almohada.
<<Necesito dormir más>>.
— Yo tampoco quiero ir al insti, pero no sé lo que dirán nuestros padres si no vamos.
— Quiero dormir —murmuro contra la almohada.
— Venga, Angelito, son las siete y media.
<<¿¡Las siete, qué!?>>.
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Solo yo [[Trilogía Solos 1]]
RomancePara Lucía, tener a Ethan en la cabeza todos los días es un problema, porque són mejores amigos y ella no quiere fastidiar eso, aunque... Lucía en verano fue a un campamento y conoció a un chico (Hugo), dónde estuvo todos los días con él y se hicie...