C. 34: Segundas oportunidades.

66 5 9
                                    

Me despierto. Abro los ojos de par en par y miro a Ethan. Está a mi lado, cogiéndome la mano y acariciándola mientras la mira fijamente, y yo acaricio la suya, entrelazando los dedos mientras lo miro a la cara. Él acerca su cara a la mía pero yo giro mi cabeza para después levantarme.

Necesito tiempo.

Voy hacia el armario y saco unas mallas y una sudadera negra.

— Lucia... —pronuncia mi nombre y yo lo miro—. Que hayamos dormido juntos no quiere decir que no podamos ser amigos.

Asiento.

— Me voy a duchar, ¿vale? —murmuro bajo.

— ¿Eso es una señal para que vaya contigo? —Dice divertido.

— Que más querrías —le sonrío un poco, pero aquella sonrisa se convierte en una tristona y entro al baño rápidamente.

Me miro al espejo, contemplando mi reflejo y veo un montón de cosas que no me gustan nada: mi cara, mi cuerpo..., mi caracter...

Me siento una mierda.

Suspiro quitándome el pijama y me meto en la ducha. Pongo el agua muy caliente, tan caliente que me quema, pero me acabo acostumbrando.

Mi teléfono suena y salgo de la ducha para contestar:

— ¿Sí?

— Hola, Lucia, soy Neveah.

— Hola, Neveah. ¿Pasa algo?

— Mis padres y yo hemos discutido con aquel tema, ya sabes...: Lo de mi prima y lo que te hice.

— Sí...

— ¿Puedo visitaros?

Dudo un momento pero acabo asintiendo. Todos merecemos una segunda oportunidad.

— Vale. ¿A qué hora vendrás?

— En quince minutos, tengo que mirar el dinero que tengo para visitar este fin de semana a mi prima.

— Vale, hasta ahora.

— Adiós.

Cuelgo y suspiro dudando.

¿Estoy haciendo bien dándole una oportunidad para ser su amiga?

...

Ethan:

Pienso en picarle la puerta. Han pasado treinta minutos desde que se ha metido en el baño a ducharse. Pero no lo hago. No toco a la puerta. Quiero que esté cómoda y bien, no la quiero molestar.

Bajo a la cocina y miro a Laura y Martí, están hablando seriamente, seguro que es por Natalia.

— A lo mejor tenemos hasta un mes y medio para que podamos alejarla de nosotros. —Afirma Martí suspirando.

— ¿Ahora tenemos que quedarnos de brazos cruzados? —Pregunto.

— No podemos hacer nada más. —Afirma encogiéndose de hombros, tenso.

Laura me da una taza de café.

— ¿Dónde está Lucia? —Pregunta su hermano dándole un sorbo a su café.

— Se estaba duchando, pero está tardando mucho.

— A lo mejor ya sale. —Murmura Laura y yo asiento.

Y sí, cinco minutos mas tarde bajó las escaleras y se acercó a nosotros. Agarró un pedazo de manzana y se sentó a mi lado.

— Hemos pensado en que hagáis clases online por las tardes con vuestros profesores. —Empieza a decir Laura.

Solo yo [[Trilogía Solos 1]] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora