C. 32: Volver a encontrarme.

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— Esto es todo lo que nuestra madre ha hecho estos últimos días. —Dice mi hermano sacando unos papeles.

Hecho un ojo a los papeles que ha puesto en la cama. Son muchos, hay fotos y todo: de mi madre caminando por la calle, trabajando en un bar alcohólico e ilegal. Ella haciendo pole dance desnuda y de una manera un poco —demasiado— seductora. Después otra foto de ella dónde pega a uno sin ropa toda drogada y bebida.

Parece una de las putas que se tiraba Nikki de Mötley Crüe.

Nunca me imaginé a mi madre haciendo eso. Estaba sorprendida.

— En el trabajo también estaba con el móvil —dice mi hermano señalando una foto—. Creo que a veces en esos momentos dónde está con su teléfono os está escribiendo o simplemente mirando las cámaras del instituto.

— Creo que me dijo eso porque un día estábamos Lucía y yo besándonos. —Dice Ethan—. Tuvo que vernos por las cámaras.

— Ella también sabe leer los labios —dice mi hermano—, ¿De qué hablasteis en ese momento?

— De lo que me hizo ella en la excursión —señalo a Neveah con la cabeza.

— Ah..., ya...

— ¿Cuándo le vamos a denunciar? —Pregunta Elena.

— Mañana iré con Lucía, Ethan y Neveah a la policía y les informaremos sobre todo lo que ha pasado.

— ¿Y ya está? —Pregunta María y mi hermano asiente.

— Y ya está. Hay que ir paso por paso. Haremos lo que la policía nos diga.

Todos asentimos y se van a su casa, pero no antes de que Neveah hable conmigo. Ella quería, y yo no, pero bueno...

— Lo siento por todo, Lucia —es lo primero que dice.

— Ya te has disculpado demasiado. Y el daño está hecho, no hay vuelta atrás, ¿no?

— No te mereces lo que te está pasando. Tu madre... —le da una calada al cigarro y me mira.

— ¿Mi madre...? —Digo para que siga esa frase que ha dejado colgada dejándome con la intriga de saber qué más me dice.

— Hay que denunciarla. —Añade y yo digo:

— ¿Y crees que nos van a hacer caso? ¿Qué vamos a ganar nosotros? —Me quedo mirándola unos segundos para después negar con la cabeza y decir firme—: No va a servir de nada denunciar a alguien que tiene ases en la manga.

Ella se queda pensativa y después me mira y dice:

— Haz caso a tu hermano. Está estudiando para ser abogado y él sabe mucho sobre estas cosas.

— Está aprendiendo, todavía no tiene el título.

— ¿Y? Tu hermano ha conseguido todo lo que tu madre hace. Tenemos pruebas, del whatsapp y todo lo que ha estado haciendo. Tenemos mucha información.

Suspiro pensativa. Tiene razón, a lo mejor tenemos el cincuenta por ciento de ganar. De conseguir que mi madre se vaya y me deje tranquila, aunque me duela, porque es mi madre. No ha hecho mucho por mí pero un hijo siempre quiere a su madre aunque haga errores.

— Eso no significa que tengamos todas las papeletas —digo firme—. Lleva tres meses manipulando y fastidiando mi vida solo para estar a gusto y conseguir que yo no exista. En la vida real no hay finales felices. Disney ha hecho mucho daño en este mundo. No merece la pena luchar por algo que ni siquiera nos va a hacer útil.

Noto a mi hermano detrás y maldigo en mi mente. A él no le gusta la negatividad que tengo.

Neveah me dice adiós con la mano y yo me giro para mirarlo.

Solo yo [[Trilogía Solos 1]] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora