Solo yo [[Trilogía Solos 1]]

C. 18: Te echaba de menos.

Me besa salvajemente poniendo sus manos en mis caderas, pongo mis manos en su rostro siguiéndole el beso. Él camina y yo retrocedo hasta que choca mi parte baja de la espalda con el sofá, se separo del beso haciendo un gesto de dolor.

- ¿Qué pasa? -Pregunta.

- Nada -niego-, sigue.

- No -se separa de mí, me pone contra el sofá y me levanta la sudadera-. ¿Quién te ha hecho esto?

- Nadie... -trago grueso.

Apoya la cabeza en mi hombro, su respiración en mi oído y mi cuello.

- Dímelo, Lulú -insiste con voz ronca, aparte que muy sexy.

- Neveah... -murmuro.

Suspira y se aparta de mí, me giro y lo miro encogiéndome de hombros.

- ¿Te duele?

- A veces..., Hugo me lo ha curado.

- Lo siento...

- No es tu culpa.

Lo abrazo y él me lo sigue. Lo miro, pongo mi mano derecha en su mejilla y la acaricio con el pulgar.

- ¿Tienes algo que hacer? -Me pregunta.

- Ethan te tienes que ir, enserio...

- ¿Por qué?

- Hay cámaras.

- ¿Y?

- Mi madre no quiere que esté contigo.

Suspira.

- ¿Nos vemos este domingo?

- Hablamos.

Asiente, me da un beso corto, acaricia mi mejilla mirándome a los ojos y después lo miro irse. Suspiro y suena mi móvil, lo agarro del bolsillo trasero del tejano de María, lo enciendo y miro los mensajes que tengo.

María: A ver; hijos de (put**) mi vida, ¿al final quedamos para el Domingo?

Hugo: El Domingo ya es Halloween.

María: Mira, no lo sabía... -_-

Elena: Sí, quedamos y ya está.

María: ¿Queréis ir a la fiesta que ha montado Carla?

Yo: A mi no me apetece ir a la fiesta de la influencer...

Elena: Tyler y yo hemos pensado en ir.

María: Vale pues entonces vamos todos.

Hugo: Lo siento Lucia pero te tendrás que aguantar. No llores tus penas en varios vasos de alcohol.

Guardo el móvil suspirando. Yo no quiero ir a ninguna fiesta, no me apetece y no me quiero pasar con el alcohol. Pero...

La puerta de la entrada se abre. Mi hermano entra junto a mi madre dos bolsas de compras en sus dos manos. Me mira cansado y ella le ordena a Martí que las deje en la cocina. Mi madre me mira después de decir aquello y camina hacia mí.

- ¿Te lo has pasado bien en la excursión? -Trago grueso y asiento-. ¿Has hecho todos los deberes? -Asiento con la cabeza otra vez-. Habla. ¿Qué pasa? ¿Se te ha comido la lengua al gato? -Dice en un tono burlón.

- No... -murmuro.

Ella bufa y va a su habitación a dejar el bolso. Mi hermano viene hacia mí y me da unas palmaditas en el hombro al cual hago un gesto de dolor. Él frunce el ceño y sin pensarlo dos veces estira de la sudadera y mira las heridas que tengo.