C. 39: Vaya sorpresa

18 3 0
                                    

Ya han pasado tres días desde que estamos viviendo en la nueva casa. Me he adaptado súper bien y más desde que mi hermano y yo quemamos las fotos que teníamos con nuestra madre. Siento que la mala vibra que tenía poco a poco se iba desvaneciendo y —poco a poco—  volvía a ser yo, justo lo que quería desde que empezó a hacerme la vida imposible por la web del instituto. Mi sonrisa aparecía de vez en cuando y no era tan "seca" o tímida. La timidez se fue de mi lista de humor cuando volví a las clases, algunos de mis compañeros me miraban con tristeza pero otros decidieron que cuando siempre me vieran sus labios se curvaran en una sonrisa amable mientras saludan haciendo que me sienta cómoda y no incómoda o apartada de todos como si sobrara o algo parecido. Todos estaban dispuestos a ayudarme de ese modo, ¡hasta algunas me daban un corto abrazo! Cosa que me sorprendió mucho. Se comportan muy bien conmigo lo que sí, es que siempre había uno que otro grupito que murmuraban cosas entre ellos mientras me miraban o a mis amigos. Al segundo día de darme cuenta de eso comencé a pasar de ellos porque no quería —ni quiero— discutir con nadie. No merece la pena darle importancia a alguien que solo intenta fastidiar la vida de los demás porque eso hará que se sienta más poderoso de lo que es.

Neveah salió ayer del hospital. ¡Por fin! Tenía ganas de que ella pudiera estar con nosotros ya que no paraba de quejarse de la comida que hacían y me lo creo, porque los platos que yo me tuve que comer —sí o sí,— estaban asquerosos, incomibles. Sabía todo a hierro o a pie descuidado de esos tan feos que a veces vemos en alguna película de comedia donde siempre montan un "pequeño" caos para salvar las vacaciones de otoño (verano, invierno, primavera…), las navidades, pascua, cumpleaños, etc. Un mundo (película) de caos para hacerte reír con un toque de amor y esperanza en la vida cotidiana. O eso es lo que dicen…

Me preparo para ir al instituto, hoy es el último día y además; es mi cumpleaños. Diecisiete años, madre mía. Parece que fue ayer cuando salí de la barriga de mi mad… Natalia.

— Buenos días, cariño —murmura mi padre al mismo tiempo de entrar a mi habitación.

Le sonrío dulce y tímidamente al verlo. Él ha estado conmigo desde que se enteró de todo lo que pasó en el juicio. Ha intentado ayudarme a razonar sobre todo, hemos hablado para que yo me pueda desahogar con alguien porque a Ethan no le quería preocupar más, igual que a todos mis amigos y mi hermano, ya bastante ha hecho con conseguir las pruebas para ganar el juicio y demás… a Neveah menos aún, no quería que se sintiera más culpable de lo que ya está. Todos están para mí cuando necesite ayuda, lo sé, pero a veces hay que pensar también por los demás y tener a otra persona a tu lado que esté para ti, te ayude, te escuche con atención y no te vea como una carga o una niña pequeña que necesita que estén por ella cada segundo de la vida.

Mi padre me da un pequeño abrazo con una sonrisa que hace que me sienta un poco más animada, ya que son las siete y cuatro y todavía estoy un poco dormida. Al separarnos me da una caja rectangular. ¡El primer regalo del día, señores! Apoyo la caja en mi escritorio para quitarle la tapa y ver lo que hay dentro: un libro. Lo cogo y miro bien el título y la autora: “Todo lo que sé sobre fiestas, citas, amigos, trabajo, vida, el amor. Dolly alderton”.

— ¿Te gusta? —Me pregunta seguro de sí mismo y yo asiento sin pensarlo ni un segundo—. Y encima es de la cantante esa.

Frunzo un poco el ceño perpleja mirando unos pequeños segundos a mi padre y después el libro, leyendo el título de la autora. ¿Dolly alderton? ¿Cantante? Miro un segundo a mi padre y después el libro otra vez. Mi padre no está muy bien…

— ¿Cantante? —Pregunto un poco perdida. Aparto la mirada del libro y me lo quedo mirando.

— Sí, la que sale en <<Hannah Montana>>, la tía de Miley.

Solo yo [[Trilogía Solos 1]] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora