Prólogo

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La brisa veraniega era lo más refrescante que podía sentir en aquel momento. Muchas personas podían desear regresar a casa luego de arduas horas de trabajo dentro de una oficina, pero ese no era su caso.

Hange Zoe trabajaba como secretaria del gerente general de una gran empresa. La razón por la que había ascendido tan rápido no había sido por esfuerzo en realidad; es decir, era buena en su trabajo, pero había de reconocer que estaba en ese puesto porque el Gerente para quien trabajaba era nada más ni nada menos que su mejor amigo, Levi Ackerman.

Aquella castaña de ojos café, adoraba quedarse horas extra en la oficina, no precisamente porque fuese una adicta al trabajo; en realidad, solía quedarse esas horas extra solo los días que no tenía clases en la universidad. Además, ella odiaba tener que regresar a casa con su horrenda familia.

No había sido una suerte para ella el tener que vivir aun con ellos, era casi invisible ahí. Algunos podrían decir que ser la hija adoptiva de una familia podría ser algo beneficioso, siendo que te acogieron en primer lugar por voluntad propia; sin embargo, no era su caso. Su adopción se debió más a que eran los únicos familiares que tenía, siendo los más cercanos cuando quedó huérfana.

No la querían y deseaba poder irse pronto de esa casa, pero casi todo su sueldo se iba en la universidad, siendo que ahora estudiaba lo que realmente le gustaba, bioquímica. La única razón por la que había estudiado, previamente, secretariado y asistencia ejecutiva, era por la beca que los Ackerman le habían ofrecido, y era por eso que trabajaba para ellos. En fin, trabajar y estudiar al mismo tiempo era complicado pero le ayudaba a estar fuera de casa todo el día, y cuando no tenía clases, podía quedarse en la oficina el tiempo que quisiese.

La coleta alta y bien sujetada que tenía, empezaba a molestarla por lo que se lo soltó y acomodó su cabello, peinándolo con sus largos y delgados dedos. Los zapatos de plataforma que llevaba, porque era casi imposible para ella llevar tacones de punta, empezaba a cansarla y, en plena calle abierta, se los quitó y cambió por unas valerinas negras.

La vibración en su bolso la asustó por un segundo y se apresuró a buscar su celular. Se fijó en quien la llamaba y el apodo de enano gruñón en la pantalla la hizo reír. Rápidamente contestó el móvil ya que, así nada más, su amigo no la llamaba.

— Acabo de salir de la oficina, pero si hay más para mí allá, no me quejo en regresar —comentó animadamente.

Olvida eso, ya hiciste lo de toda esta semana —respondió el chico al otro lado de la línea.

— ¡Pues claro! —respondió la chica— Te ausentarás toda la semana así que preparé todo para que no haya inconvenientes, solo disfruta de estas "mini vacaciones", casi nunca te tomas un descanso.

Eso debería decírtelo yo —regañó con tono monótono—, pero eso no es lo importante ahora. Quiero que estés aquí en 30 minutos.

— ¿Qué? ¡¿30?! —se sorprendió— ¡Te dije que acabo de salir de la oficina!

— No estoy en mi apartamento, estoy en casa de mi madre —explicó.

— Uff —respondió aliviada—, entonces sí puedo llegar. Pero, ¿qué haces en casa de tu mamá? ¿Son los nervios del día previo? —se empezó a burlar.

— ¡Cállate y apresúrate! —ordenó para después colgar la llamada.

Hange suspiró, no tenía que obedecer a su jefe y amigo fuera del horario de trabajo, pero le alegraba tener que hacer algo antes de volver a casa. Se encaminó a la estación de tren y tomó el primer expreso que llegó. Conocía la casa de la madre de Levi ya que era el lugar en dónde más tiempo pasó desde su infancia. Ella y Levi se conocían desde pequeños, pasaron todos sus años de escuela juntos y, aunque su grupito se extendió con el tiempo, ellos seguían siendo los mejores amigos.

Ahora, se preguntaba la razón por la que la estaba invocando en casa de la señora Kuchel, aunque probablemente había acertado en lo que le dijo por teléfono. Su amigo se iba a casar al día siguiente y podían ser los nervios lo que le habian hecho huir a esa casa; eso o puede que haya sido su madre quien se lo haya pedido. Optaba más por la segunda opción.

Llegó al lugar acordado, y conociendo la entrada trasera, que generalmente estaba abierta, ingresó a la casa y sonrió, hace tiempo que no estaba allí.

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¡Aquí esta! Mi primer fanfic Levihan, aunque sea un AU espero que salga bien y sobre todo, que les guste. 🤗 

Operación: Arruinar una boda [Levihan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora