Capítulo 8

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¿Cuántos días habrían pasado? Creía que alrededor de dos semanas... Hange se sentía muy aliviada de que aquellos molestos rumores hirientes se hubiesen esfumado. Era lo normal, las personas se cansaron de hablar siempre de lo mismo, de seguir criticando con las mismas injurias o de envidiar a otros. Lo divertido de la situación era que todos se habían hecho a la idea de que Levi y Hange mantenían una relación y era gracioso que lo hubiesen aceptado después de todo, pese a que no era cierto.

— Pareces de buen humor —comentó Nifa, al ver a Hange entrar con una ligera risita—, ¿pasó algo bueno?

— Creo que es la primera vez, en dos semanas, que no he escuchado a nadie hablar mal de mí mientras subía estos dieciocho pisos —respondió con una gran sonrisa triunfal.

— Eso es bueno —contestó la más pequeña, aunque ya había empezado con su trabajo de siempre—, tal vez sea porque están concentrados en algo más...

— Escuché un chisme muy bueno en el departamento de marketing —soltó la castaña dejando su bolso en su escritorio—. No adivinas quien va a casarse dentro de poco.

— ¿Riko? —preguntó la pelirroja.

— ¿Cómo lo sabes? —se sorprendió.

— Pues... no es un gran secreto... Lo que sí es un misterio, es el motivo...

— ¿Tan mala es la situación? —se cuestionó con dudas la de lentes.

— Eso me han comentado...

Aquello quedó como un secreto a voces que intentarían no mencionar por respeto a una compañera de trabajo. El reloj en la pared daba las siete de la mañana por lo que Hange sacó unos documentos en su escritorio y empezaba su labor: leer detalladamente. De vez en cuando, anotaba todo en una ventana abierta en su ordenador, y en otras debía usar una libreta y lapicero.

***

— ...Ese día hay reunión con los gerentes de las otras sucursales a las diez, a las catorce horas hay otra reunión con el inversor reciente —Hange daba detalles de la agenda de esa semana—. El viernes debes presentar frente a la junta el informe del último mes, lo entregaré el día previo —recalcó—. No hay mucho este fin de semana, tienes que hablar con el Director Ejecutivo sobre los últimos balances, creo que no se ha enterado de eso...

— Con Kenny, ¿eh? —Levi lanzó un discreto suspiro de resignación, no le gustaba mucho hablar con su tío de negocios— ¿Algo más?

— ¡Ah, sí! —se apresuró a responder— No olvides el evento de mañana en la noche.

— ¿Es el que creo que es? —dio a notar su desagrado con su expresión.

— Sí... —ella tampoco estaba muy feliz— es una cena de gala, es importante asistir ya que debes cerrar los acuerdos con las empresas allegadas.

— Sí, sí... ya sé...

— Eso sería todo por esta semana —finalizó Zoe.

— Bien, ve a tu descanso.

Ella no respondió y salió de aquella oficina con un gran alivio. La verdad era que estaba hambrienta y quería disfrutar de su hora de almuerzo. Nifa debía de estar esperándola en la cafetería y ella rogaba porque no se acabaran los almuerzos...

***

Sus horas laborales habían terminado, no había tenido mucho trabajo extra por lo que salió antes, pero lo que más la estaba poniendo de buen humor, era que su muy querido jefe y amigo, la estaba llevando a la universidad. Levi tampoco había tenido algo más que hacer en su oficina y, en todo caso, los documentos que debía revisar, lo podía hacer, pacientemente, en su casa. Es por eso que el Ackerman se ofreció a llevar a su amiga, además de que quería pasar un poco más de tiempo con ella.

Operación: Arruinar una boda [Levihan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora