Operación: Arruinar una boda [Levihan]

Capítulo 1

— ¡Buenas noches! —saludó Hange muy animadamente, llegando al salón principal y encontrándose con Kuchel.

— Hola, Hange —respondió la señora al ver a la chica, se levantó rápidamente para darle un cálido abrazo que la castaña de lentes aceptó feliz—. ¿Vienes a ver a Levi?

— Si, está en su antigua habitación, ¿cierto? —Hange se dirigía al segundo piso en cuanto aquel abrazo terminó, pero fue impedida.

— Yo lo llamaré, linda —avisó Kuchel—. No sería bien visto que una chica entré a la habitación de un chico que se va a casar, sobre todo de noche y un día antes de la boda —explicó.

— Pero... soy la mejor amiga —Hange hizo un puchero.

— Lo sé —se reía la mayor por ese gesto infantil que hizo la chica—, pero sigues siendo una chica soltera.

La castaña tuvo que aceptar que lo que decía la azabache frente a ella era cierto. Sin embargo, empezaba a molestarla la idea de no tener derecho a verse a solas con su mejor amigo, ¡solo porque iba a casarse! Si así era ahora, ¿cómo sería con él ya casado?

— ¿Por qué te quedas ahí? —una voz la sacó de sus pensamientos— Apresúrate y sube —ordenó Levi desde las escaleras y se regresó a su habitación.

Ambas mujeres se quedaron en silencio un rato, como procesando lo que tenían que hacer.

— Creo que él no me ve como una chica —se reía Hange—. Así que no se preocupe.

La más joven se encaminó hacia el segundo piso. Se sintió un poco mal de haber dicho una pequeña mentira porque, no era del todo cierto que Levi no la veía como una mujer. Algo que Kuchel no sabía, era la corta historia aparte que ambos amigos habían tenido hace mucho tiempo atrás, y pese a que no había nada actualmente, se sintió orgullosa de tener ciertos derechos y conocerlo tan bien ya que ella era la mejor amiga, ni siquiera Erwin o Mike sabían tanto sobre él como ella.

— ¡Ya estoy aquí! —exclamó ella al entrar a la habitación del chico.

— Eres lenta —se quejó.

— Perdón, perdón —se disculpó con sonrisas—. ¿Qué sucede?

— ¿Tú que crees?

— ¿Estás nervioso? —se quería reír— Tranquilo, solo es una ceremonia.

— ¿Solo una ceremonia? —el pelinegro empezaba a molestarse.

— Bueno... habrá muchas cámaras, pero es porque eres famoso, es decir, heredarás las acciones de una de las más grandes compañías del país, muchos tienen los ojos puestos en ti.

— ¡No es por eso! ¡Y no estoy nervioso por cosas así!

— ¡Oh, vamos! No tienes de qué quejarte —quiso animarlo—. Petra es muy linda, ¡tendrán una gran vida de casados!

— ¡No, tonta! —regañó— No habrá una gran vida cómo la que dices así que cállate —se veía el enojo en el rostro.

— Ah, lo siento... —ella se sintió culpable, quizás se había pasado en querer ver todo de forma positiva.

— Además... ¿de verdad quieres que me case? —cuestionó seriamente.

Hange se lo pensó, ¿de verdad quería que su amigo se casará? No tenía una respuesta fija a eso, y le era más difícil contestar cuando el chico la miraba de esa manera, como si hubiese una respuesta correcta y esperaba que ella lo dijese.