Capítulo 17

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Se suponía que era invierno, se encontraban en la primera noche de aquel nuevo año y el frío que se percibía afuera era de lo más gélido en esos días. Sin embargo, para ese grupo de amigos, la temperatura ambiente era lo último en qué podían pensar, pues sentían demasiado calor. ¡Y cómo no! Si se la habían pasado bebiendo licor en esa pequeña fiesta improvisada organizada por su queridísimo amigo, Erwin Smith.

Cada quien sabía cómo divertirse, tenían muchas formas en realidad, pero siempre les era más agradable cuando se juntaban sólo ellos cinco, los de siempre. Era mejor una reunión privada que ir a un antro lleno de gente en donde el gran bullicio opacaba sus voces. Al menos en esa casa, la música era notoria, pero no al punto de acallarlos ni impedirles comunicarse.

— ¡Bien! —exclamó una divertida voz— ¿Qué sigue? —se rio de pronto.

— Yo creo que no más alcohol para ti —regañó Mike a su novia, quien parecía ser la primera en caer.

— ¡Estoy bien! —replicó Nanaba con una voz chistosa.

— Déjala un poco más —sugirió Erwin—, prometo que nos detendremos antes del coma etílico —rio escandalosamente.

— ¡Sigue nuestro juego favorito! —exclamó Hange, quien parecía estar pasada de copas también... algo poco normal.

— ¡El juego del rey! —se emocionó la rubia, acercándose al centro del salón, aun con su vaso lleno de hielo.

— Acércate Levi —llamó Erwin—, no seas un aburrido.

El Ackerman solo aceptó jugar aquel juego ya que prometieron no beber, después de todo, era un pequeño break de la salvajada que hacían, mezclar licores distintos... ¿dónde mierdas tenían la cabeza?

Mike sacó los palitos que usaban para ese juego, unos largos con secretos números en la zona inferior, y siendo uno de ellos, el ganador que poseía una corona dibujada de dorado. Cada quien cogió una de las varillas y revelaron sus roles. Nanaba resultó ser la primera reina del juego.

— ¡Escuchen ahora, plebeyos de porquería! —y sí, el alcohol empezaba a afectarla de más, pero a ninguno le sorprendía— Su reina quiere que los números del 1 al 4 —es decir, todos— besen mis pies —sonrió victoriosa.

— ¡Tienes que estar bromeado! —expresó Levi molesto.

— En orden de tamaño, por favor —lo ignoró con una mirada desafiante a la nada.

Hange lanzó una carcajada por la broma, siempre era gracioso burlarse de la estatura del pelinegro del grupo, aunque detuvo su carcajada al percatarse de la mirada fulminante de su novio.

— ¡Empiecen! —exigió la "reina".

Los cuatro presentes tuvieron que cumplir con la petición de esa ronda, aunque resultase molesto para algunos. Levi mantuvo una mirada afilada sobre su rubia amiga en todo lo que duró el "castigo" pero Nanaba solo se reía de él.

— Por eso amo este juego —se decía a sí misma ya que, pese a que su amigo se veía muy hostil, no podía hacerle, absolutamente, nada.

Volvieron a elegir las varillas para ver quién sería el "rey" en la nueva partida, siendo Erwin el ganador esta vez.

— ¡Bien! —celebró brevemente el rubio— Seré simple, 2 y 4, dense un beso apasionado, me da igual quienes sean.

Para buena o mala suerte, las propietarias de esos números eran las chicas del grupo, quienes solo se miraron y se rieron de aquello.

— Beso lésbico, ¡genial! —comentó Erwim.

Para decepción de ambas mujeres, ni Mike ni Levi decían nada, ni parecían reaccionar mucho. La verdad era que estaban bastante sorprendidos pero ambos chicos tenían un pequeño conflicto interno en donde una parte apelaba a que la rubia y la castaña no harían ese reto, y la otra parte esperaba verlo como entretenimiento.

Operación: Arruinar una boda [Levihan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora