33: ryussuke.

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Pasadas unas dos horas donde Eri se quedó en la enfermería vacía, sin ser interrumpida por nadie, se quedó al lado del Humano, pudiendo observarlo adecuadamente, noto su perfecto perfil, su piel al tacto era cálida al igual que sus ojos que siempr...

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Pasadas unas dos horas donde Eri se quedó en la enfermería vacía, sin ser interrumpida por nadie, se quedó al lado del Humano, pudiendo observarlo adecuadamente, noto su perfecto perfil, su piel al tacto era cálida al igual que sus ojos que siempre reflejaban cariño. Eri quiso poder amar a alguien como Ryussuke, a pesar de su extraña actitud hace tiempo atrás, se notaba que el era bueno.

El chico fue abriendo sus ojos lentamente cuando sintió algo suave pero frío tocar su rostro, era ella, quitando algunos mechones de cabello que tapaban su rostro; al notar que ya había despertado, la rubia se apartó rápidamente, sacando una débil sonrisa en el pelinegro.

―Lo siento.―se disculpó.

―¿Por qué exactamente?

―Por mi culpa Ayato te golpeo y terminaste aquí... y por tocarte de esa forma mientras estabas inconsciente, sólo pensé que te haría cosquillas sentir tu cabello en el rostro.

―No te preocupes ―negó sutilmente, enderezandose en la camilla― Ayato siempre fue imprudente, es necio y muy posesivo con las chicas que le gustan, el hecho que me golpeé sólo muestra que me considera un posible rival.

―¿U-un rival?―rasco su mejilla nerviosa, de un momento a otro sus mejillas se habían vuelto rosas y estaba considerablemente más avergonzada que antes, posiblemente volvía a ser la de antes, una buena amiga para Ryussuke.

―A ambos nos gustas, así que es entendible.

―¿Cómo podría gustarte? Tengo cien años más que tu.―rió ella.

―No importa, la edad sólo es un número irrelevante.

Muy dentro de su corazón, el joven deseaba ser correspondido, llevaba años en esa escuela conviviendo con diferentes tipos de demonios, tales los vampiros egocéntricos con dinero que siempre intentaban pasar por encima de el. Pero en todo ese tiempo, jamás había conocido a alguien como Erika Madoka, una joven transparente que no teme mostrar lo que siente, o esa era la visión de el hacia ella, sin conocerla realmente. Para el Eri es pura de alma, y no dudaría darlo todo por ella.

―Ryussuke, sabes que nosotros no podemos amar realmente, aunque lo intente jamás podré corresponder tus sentimientos de esa forma. Eres encantador y muy buen chico, pero temo si aceptó estar contigo algún día tener que verte marchar, como vampiro mis impulsos siempre serán más grandes, mientras tanto tu estas en riesgo a mi lado.

―Convivo hace años con vampiros, ¿y una debería darme miedo? ¡Confió en ti! Se que no me harás daño, Eri-san.

El miedo se había instalado en el pecho de la vampiro, aunque sabía que el joven tenía una irracional atracción hacia ella, jamás espero que el estuviera dispuesto a todo con sólo poder estar a su lado; ¿era eso el amor? ¿darlo todo por una persona? ella no valía la pena, no para el, por ello se levantó de su silla.

―Veo que te encuentras mejor, debo volver a mi siguiente clase, le dire a la profesora que te tomaras el día para descansar.―le dio la espalda, dispuesta a irse con ese nido de emociones naciendo de a poco, ¿inseguridad o temor a la realidad?

―¿A qué le tienes tanto miedo? Estoy dispuesto a todo por ti y aún así huyes buscando excusas.

―Lo siento Ryussuke, en verdad, pero es que no hay futuro en mi, simplemente estoy esperando cometer un último acto antes de irme.

―¿A qué te refieres?―la rubia giro, chocando con los ojos iluminados del chico.

―Mi meta es matar a mi padre, pero para eso debo cumplir un trato, y en el están involucrados los Sakamaki, si logró que ellos inicien la guerra del trono... Karlheinz me dejara saber donde esta actualmente escondido mi progenitor. Luego de eso mi suicidio está programado sin fecha atrasada, en el camino de debo generar lazos de amor con nadie.

Fue clara, sin titubear, no se dejó adoblegar ante la mirada llena de sorpresa que le daba el joven, jamás imagino que de eso se trataba toda la vida de Erika, sólo vengarse y al final morir, pero sin ser feliz realmente. Aún así, quiso ayudarla, grito su nombre para detenerla antes que ella abandonará la habitación, pero ya era tarde y la Madoka hacia cerrado la puerta tras de si.

Estaba decidida.

Pero para su suerte, Ryussuke también, y el nunca perdía. Y mucho menos ante unos vampiros.

 Y mucho menos ante unos vampiros

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血液 ketsueki  ➵ diabolik lovers ;; au ✔ SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora