O6: sueño.

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Si una persona es herida, y otra es irracional, ¿qué sucede? Bueno, eso es lo que Erika Madoka se preguntaba en ese momento al ver las dos figuras de sus padres frente a ella

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Si una persona es herida, y otra es irracional, ¿qué sucede? Bueno, eso es lo que Erika Madoka se preguntaba en ese momento al ver las dos figuras de sus padres frente a ella. Oía cada insulto y golpe, cada maldición y cada deseo de muerte. Había sido un día muy lindo con su madre en el jardín del castillo, pero cuando su padre llegó todo fue horrible.


Tenía en cuenta que su progenitora al ser una simple humana era más débil que ella o su padre, lo comprobó al verla caer ante al más mínimo golpe del hombre corpulento que la mantenía encerrada en ese castillo. Eri no sabía la verdadera historia, después de todo sólo era una niña.

Se sento en el césped, cerró sus ojos fuerte y espero a que todo desapareciera.

―¡Espera, no! ¡Alejate de ella!―los gritos de su madre hicieron que abriera los ojos, una mano tomo de su cabello largo con brusquedad hasta hacerla levantarse― ¡Madoka, sueltala!

Su padre rió, haciendo que pequeñas lágrimas salieran de sus frias mejillas por el miedo.

Una exclamación llena de ahogamiento hizo que la rubia abriera sus ojos, observó a sus costados, y vio un destello de luz venir del exterior. Suspiro, pasando una mano por su rostro, ¿había sido otro mal sueño? Sin poder evitarlo se levanto de la cama, si el sol estaba afuera era porque aún era temprano para que se ocultara. Piso la alfombra del cuarto y se dispuso a salir de allí.

A diferencia de los sangre pura, ella podía ver el sol sin sentir como la falta de vitamina mataba su piel. Abrió la puerta y paso al pasillo, jamás lo había visto tan iluminado como esa vez, daba menos miedo que nunca.

Los cuadros tenían un brillo particular y las esculturas hasta parecían lindas bajo el sol que entraba por las ventanas. Se acercó a esta, observando el cielo antes de que entrara la noche; pasaba años sin ver las nubes o el sol del día, era completamente deslumbrante poder abrir sus ojos y saborearlo. Años atrapada le habían quitado esa sensación como cuando su madre la sacaba en el día a jugar.

Cuando toco con sus dedos el vidrio, sintió un cosquilleo en su interior y los colmillos picarle por la sed. Gimio exhausta, odiaba admitirlo pero tenía hambre, sed, y a seis cuerpos de donde saciar el vacío. Pero era imposible.

Aunque... podía aprovechar el sol. Ellos no se levantarian, no la detendrían.

Cerró las cortinas, y giro sobre sus talones para cambiar la dirección en el pasillo, la habitación más cerca a la suya, pasando otro pasillo un poco más oscuro; el de la única persona en la casa que aún no hablaba. El ni siquiera la había probado. Relamio sus labios mientras abría la puerta de su habitación, completamente oscura y vacía.

«Hazlo desear hasta la muerte estar contigo» ¿Cómo lograría algo así? Era imposible. Los Sakamami parecían una bola de idiotas con sueños vacíos, sólo necesitaban satisfacerse así mismos para vivir, era patético.

Vio al peliblanco acostado en la cama, le pareció completamente extraño que no duerman en un ataúd, pero supuso que eso ya era algo de viejos. Apartó unos mechones que cubrían su rostro y lo observo, tan pacífico como ninguno otro, posiblemente el era el más tranquilo luego de Shuu.

Se subió a la cama, pasando sus piernas a los costados de su cuerpo, quedó sobre el, algo inquieta fue bajando su cabeza hacia el cuello del menor. Olía bien, menos dulce de lo esperado, pero le agradaba su esencia masculina. Pasó la lengua por el cuello, Eri gimio, no sabía que hacer eso sería tan satisfactorio para su especie. Nunca tuvo una oportunidad así, excepto muchos años atrás cuando era una simple niña en medio de una crisis, un niño le había dado su sangre amablemente para ayudarla.

Sus colmillos salieron a la luz antes de clavarse en el cuello del joven dormido, un quejido del chico no detuvo a Madoka; se dejó caer sobre el mientras seguía tomando de su sangre pura, con los ojos cerrados y mejillas rosas Subaru jadeo. Adormilado busco con sus manos la causa del cosquilleo en su cuerpo, topandose con el cuerpo de la chica sobre el.

Sus ojos rosas se abrieron rápidamente, y de un golpe de enderezo en la cama haciendo que ella saliera de sobre el.

―¡¿Qué estas haciendo?!

La luz de la luna entro junto con el viento de la noche, mostrando a Eri con sus labios rojos de la sangre extraída y agitada, lamiendo sus dedos con sangre que escurria por sus comisuras.

La luz de la luna entro junto con el viento de la noche, mostrando a Eri con sus labios rojos de la sangre extraída y agitada, lamiendo sus dedos con sangre que escurria por sus comisuras

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血液 ketsueki  ➵ diabolik lovers ;; au ✔ SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora