16: un abrazo.

612 83 1
                                    

Tomo el libro de su escritorio, esa noche era más tranquila que las demás, luego de haber estado con Ayato hace un dia se dio el lujo de poder descansar y pensar en su próximo 'ataque'

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tomo el libro de su escritorio, esa noche era más tranquila que las demás, luego de haber estado con Ayato hace un dia se dio el lujo de poder descansar y pensar en su próximo 'ataque'. Para eso comenzó a leer el libro que Reiji había leído hace un tiempo atrás en la biblioteca de la mansión, "Cien noches en él infierno" trataba de un hombre lleno de pecados que fue condenado a estar en el infierno toda la eternidad. Pero por una equivocación subía al cielo y comenzaba una guerra en este entre los Ángeles por su maldad.

Era aburrido, lo dejo a un lado para caer sobre su cama, cerró sus ojos y abrazo una pequeña almohada a su costado.

«Ya van dos, faltan cuatro.» Laito podía ser el siguiente, pero el vampiro no aceptaba la monogamia bajo ninbun término, sólo buscaba sexo y luego se iba, razón de tantas sanciones en la Academia y el despido de tantas maestras. Kanato era... simplemente Kanato, un sádico de primera. Reiji posiblemente sólo la vea como una molestia al igual que Shuu, quien sólo se dejaba tocar cuando el quería y la veía suplicando.

Las esperanzas en ella habían nacido cuando Ayato dijo esa palabras, sólo debía... ¡Era perfecto! Una idea vino a su mente de un momento a otro, se levantó de la cama, utilizando su cálido pijama salió de la habitación con rapidez. Su pulso se habia acelerado de la emoción.

De repente tenía un magnífico plan que debía llevar a cabo en los cinco días que le quedaban. Subió las escaleras al siguiente piso, sabía que en ese los trillizos se hospedaban, cada uno en diferentes habitaciones. Todo era oscuro, tenebroso a su manera, ventanas cerradas y puertas grandes que parecían ser una barrera.

Si Ayato no quería que ella este con otro, era justo lo que iba a hacer.

Abrió la primera puerta, notando que está si tenía luz en el interior.

Mo~ ¿Qué haces aquí, pequeña perra?―un Laito recién salido del baño, con su cabello húmedo y torso goteando se mostró frente a ella.

―Y-yo...

―¿Tanto me extrañas?―rió― escuche tus gritos en la noche, ¿Mí hermano no te rompió?―se sentó en la cama, con la toalla en su cintura apuntó de caerse si se movía otra vez.

―El no lo hace tan bien.

Hum~ es verdad, no se compara a mi, ¿no?―ella se acercó, dejándose caer en su regazo.

Laito era posiblemente el hermano más pervertido, el no temía decir las cosas directamente, pero también, sólo tal vez era el que más ocultaba bajo esa infalible sonrisa juguetona. Por eso Eri no lo beso, sólo lo abrazo recargando su cabeza sobre su pecho. El hermano mayor de los trillizos quedó estático, sin saber que hacer. Nunca recibía abrazos.

Pero acepto el toque, de alguna manera era raro pero no desagradable, cerró sus ojos mientras rodeaba su cintura. ¿Por qué era tan cálida? Sólo aliviado suspiro, no se entendía a si mismo en esos momentos.

Eri recibía abrazos de su madre todo el tiempo, y extrañaba esos. Y Laito jamás había recibido un abrazo.

Por eso se sentía tan raro.

Por eso se sentía tan raro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
血液 ketsueki  ➵ diabolik lovers ;; au ✔ SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora