27: vida.

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ERIKA MADOKA

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ERIKA MADOKA

Crecí en el viejo pueblo de Ouchijuku, en ese entonces, hace muchos años atrás, el pueblo estaba lleno de campesinos con vidas alegres. Mamá y yo vivíamos en el castillo que quedaba subiendo la colina, éramos sólo ella y yo, juntas todo el tiempo. No recuerdo a que edad exactamente fue que mi padre nos permitió salir para que yo conozca mejor el pueblo, a pedido de mi madre.

El tiempo paso a ser relevante cuando mi apariencia nunca cambiaba, los niños crecían, se iban, formaban lazos con alguien más, mientras yo veía a nuevos llegar para divertirme con ellos. Jamás fui nociente de ello, de como me desarrollaba mucho más lento que los demás. Mi progenitora me tuvo muy joven, se que fue abusada por mi padre y que el se casó con ella por mi llegada.

Ruphert Winchester, uno de los más leales caballeros prodigios del anterior rey, este mismo fue quien le dio la oportunidad de luchar por el trono tras mostrar un muy buen liderazgo. Pero papá perdió ante Karlheinz, eso, sólo eso, lo llevo a la locura, papá no murio como los demás, no se porque el rey lo dejo con vida, hubiera deseado que lo mate. Ese monstruo no merecía la vida que tuvo y tiene.

La simple derrota, la humillación frente a todo un reyno fue demasiado para mi padre, vivio con eso, ni siquiera el rey lo consideró apto para morir por su mano propia. Fue más tarde cuando nos dejó a mi y a mi madre en el castillo de ese pueblo mientras el permanencia en otro sitio.

La vida humana se había convertido en algo común para mi, después de todo era tan simple como estar en el jardín, viendo a mamá con su belleza envejecer ante el tiempo. Jamás odie el tiempo, hasta que este hizo que las cosas sucedieran. La rubia cabellera de mi madre era larga, igual que la mía, amaba peinarla en las noches antes de dormir.

El momento en que todo se salió de nuestras manos es cuando ellos discutieron, vi a Ruphert muy enojado, no recuerdo la razón, pero parecía absurdo para mi. Luego, el simplemente le quito la vida.

Era aquella mujer, la que dio todo por mi, una niña que le quitó su juventud, y al yo tener una eterna, me odie a mi misma. Mamá incluso siendo tan joven, tan radiante, jamás exigió más de lo que nos daban, nunca reclamó, ella sólo se dedicó a mi.

Por su parte, el hombre que abuso de esa frágil muchacha de mil formas fue quien me encerró más tarde en la habitación que compartia con ella. Un baño, una cama, un espejo, y sólo eso. Bastó un siglo para volverme loca, sin sangre, sin nada.

Fue entonces que lo vi a el entrar, cuando estaba a punto de creer morir, Karlheinz fue quien me dio de su sangre.

Ahora al ver sus reacciones, se que el no es de ese tipo de personas, de las que ayudan a otros. Pero fue el quien produjo esto al dejar vivo a Ruphert. Y se, que incluso siendo como soy, el ya tenía todo planeado. ¿Pero que puedo hacer? Sus reglas son dolorosas, sabe todo de mi, si quiere puede matarme, pero sigo viva. Y es gracias a el, y gracias a mi.

Lamento haber aceptado egoistamente ese trato, se que ustedes están tan rotos como yo, tenemos diferentes historias que llevan a un mismo camino. Desearía poder decir las dos simples palabras que mi madre me decía antes de dormir, pero no puedo, y se que ustedes tampoco.

Aún así, intentemos poder ser felices, hermanos Sakamakis.

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血液 ketsueki  ➵ diabolik lovers ;; au ✔ SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora