36: suerte.

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-Actuan como unos niños

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-Actuan como unos niños.-cruzó una pierna sobre la otra mientras observaba frente a ellas a los hermanos, sentados cada uno en el sofá.

Aunque ella no se diese cuenta, había desarrollado una gran relación con esos seis chicos, un un principio ella a pena podía hablarles y ahora les regañaba con facilidad por cada error que cometían. El hermano menor chasqueo su lengua con enojó mientras desviaba la mirada, se encontraba increíblemente celoso por los hechos que le habían contado sus hermanos mayores, su Eri había sido conquistada por un humano.

-La culpa es de ese humano inútil.-declaró Subaru de brazos cruzados- ¿Por qué le sigues hablando?

-Es mi primer amigo, intente varias veces alejarme de el, pero es persistente.

-Entonces puedes dejarnos matarlo.-gruño Ayato.

-Ya les dije que no.-repetio con enfado- No deben meterse en mis asuntos, el a pesar de todo es amable conmigo y...

-Solo busca lo mismo que todos.-completo el segundo hermano- No te quieren a ti, quieren tu cuerpo; los humanos no ven el interior de una persona porque para ellos el cuerpo es sagrado, aunque con el pasar de los años sus cuerpos se descomponen ellos creen que lo más importante es el físico. Cuando simplemente es un saco de huesos y sangre.-declaró, bebiendo de su té.

Eri quedo en silencio, siendo sincera, ella no sabia mucho de las costumbres humanas, incluso cuando convivía con ellos de pequeña apenas podía entenderlos, al ser una vampiro jamas tuvo las mismas necesidades que ellos, y actualmente seguía siendo lo mismo. ¿Sera que Ryussuke en realidad la quería por su eterno cuerpo joven? Una pizca de inseguridad llego a ella, tenia la esperanza de que su amigo estaba a su lado por buenas intenciones a diferencia de otros hombres. Ahora, el propósito de que tanto hablo ya no tenían tanto sentido, las metas de Erika habían cambiado. Debería hacérselo hecho saber, su necesidad de vida era nueva.

Ella quería sentir. Quería sentirse viva nuevamente.

Se levanto del sofá, atrayendo sus ojos, les dio la espalda y subió las escaleras, pudo escuchar sus llamados atrás de ella pero los ignoro hasta entrar a su habitación. En esos días pudo notar un comportamiento raro en los hermanos, posiblemente era que ellos le daban más atención al enterarse de sus razones, ella quería suicidarse al acabar su misión asignada por el Rey, porque entonces vería morir a su padre; pero ahora Eri no estaba tan segura, después de haber pasado una noche al lado de Shuu su corazón estaba confuso.

Penso en su propuesta. Pensaba que el debería estar con Eva, porque así traerían prosperidad al reino, con la sangre de ella, tan pura y divina, solo serian cosas buenas. Al caer sobre su cama suspiro, aflojando la corbata de la escuela.

-Veo que ese humano no es lo único que te tiene agobiada.-uno de los hermanos se sento a su lado en la cama.

Laito acaricio su cabello con delicadeza, ella suspiro cansada.

-No se si debería contarte...

Decirlo era peligroso, porque aunque ellos no tenían intenciones de matarse entre sí sabia que si se enteraban que Shuu no sería el Rey una disputa se formaría en la casa. Todos esperan que el sea un Rey prospero, el cual termine el mandato cruel de su padre en busca de poder.

-Se que se trata de el...

-Si...-cubrió su rostro con ambas manos- ¿cómo?-preguntó avergonzada.

-¿Crees que no puedo notar cuando mi hermano mayor actua como un idiota enamorado?-rió lentamente- Entonces dime, ¿qué es lo que te tiene tan pensativa estos días?

-El hecho de que ustedes no son como el resto, ¿sabes? llegue aquí pensando que seria fácil generar otra guerra entre hermanos Sakamaki, pero fue todo lo contrario, aunque no lo parece ustedes son muy unidos. Odie eso, porque significaba que ni yo podría hacerlos odiarse a muerte, estaba sustada pero debía seguir las órdenes del rey, por lo que intente seducirlos, pero resultó ser inútil, aunque ustedes me trataron tan bien...

-Es porque te apreciamos -contesto- más allá de que eres una de las novias que mi padre envíaba todos los meses en busca de despertar nuestro interés matrimonial, tu eres quien nos hizo unir más que el resto.-el pelinegro se levanto de la cama- Eres como nosotros, no debes tener miedo de poder decidir por ti misma, rompe ese contrato que te ata a una vida miserable y comienza una nueva por tu cuenta.

-Pero tengo miedo -fue sincera al punto de las lágrimas- ¿Y si resulta mal? No quiero volver a sufrir, era tan miserable y ahora quiero poder vivir, quisiera estar con las personas que amo sin sentir culpa...

-¿Culpa?

-A mi madre no le dieron la oportunidad de sentir lo mismo que yo.-sollozo.

Y Laito quedo en silencio, observando el llanto de la femenina, lágrimas de sangre caían por sus ojos, era la primera vez que observaba a alguien de su especie llorar. Le deseaba suerte en esto que afrontaba.

 Le deseaba suerte en esto que afrontaba

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血液 ketsueki  ➵ diabolik lovers ;; au ✔ SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora