C7. LÍA MALFOY

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Los próximos días fueron mucho peor, cada vez que veía a James sentía el retumbar de sus palabras, me sentía terriblemente humillada al pensar que quizás había algo de verdad en ellas, que como bien decía: "Hay algo malo en ti, que cuando la gente lo vea van a huir".

Simplemente no puedo afrontarlo, cuando vuelvo a verlo esas palabras caen en mí como una losa de piedra. Nuestro enfrentamiento no ha pasado desapercibido, tampoco ninguno de los dos ha hecho un esfuerzo para desmentirlo. Todo Hogwarts cuchichea acerca de nuestra rivalidad, y evidentemente yo salgo peor parada... La pequeña hija de mortífagos que quiere vengar a su padre. Los profesores empezaban a estar cansados de nuestras disputas, las riñas pasivas agresivas habían dado paso a peleas con varitas.

Adivinación

-Señor Potter, tiene usted especial gusto en llegar tarde a mi clase - Dice la profesora Trelawney. -Siéntese a primera fila, así podrá atender.

James deja caer su mochila mientras me repasa con su mirada fría. Una mirada que había dejado de hacerme daño, ahora era la única mirada que nos dedicábamos.

-Perfecto, me toca sentarme entre serpientes - Sisea lo suficientemente alto para que yo le oiga.

-Señorita Malfoy, me haría el favor de leer la mano de su compañero

-¡¿YO?!...La verdad es que preferiría no hacerlo - No quería leerle la mano a Potter...no quería tener que cogerle la mano.

-No se lo estoy preguntando. Es buena en adivinación, no será un problema.

Le cojo la mano con rudeza. Empiezo a recorrer mis dedos con fuerza, clavando especialmente el pulgar.

-Déjame ver Potty Potty ... -Digo con una sonrisa maliciosa - Aquí veo que eres un idiota ególatra demasiado prendado de sí mismo como para saber que existen más personas a su alrededor.

La mayoría de Slytherin ríe ante mi mordaz comentario.

-Lía... Tengo que pedir que se tome este ejercicio en serio, no voy a permitir faltas de respeto en mi clase.

- También pone que le espera un augurio de muerte...Des de la torre de Astronomía - Digo sonriendo y volviendo a clavarle las uñas en la mano.

-Es suficiente Malfoy, ¡Salga de mi clase!

-Ya no te veo tan chulita - Dice James agarrándose la mano dolorida

-Ha valido la pena - Me levanto como una ave orgullosa, y abandono la habitación.

¡Dios mío! ¿Qué acabo de hacer? Soy una buena alumna, yo nunca falto a clase, nunca respondo a los profesores... Aunque he de admitir que se sintió bien molestar a Potter.

Criaturas Mágicas

Nos encontrábamos en la sala de menesteres. La profesora quería enseñarnos sobre los duendecillos de Cornualles. Los duendecillos eran de color azul eléctrico y medían unos veinte centímetros de altura, con rostros afilados y voces tan agudas y estridentes que era como oír a un montón de periquitos discutiendo.

- Hoy vamos a ver como calmar a los duendecillos - Decía la profesora Lovegood - Son animales con muy mala fama por crear alborotos, pero la clave es saber como calmar a toda bestia.

-¿Alguien sabe como hacerlo?

-Feromonas - Digo tímidamente

-Exacto, Lía - Sonríe amablemente - 10 puntos para Slytherin. ¿Sabría explicarme por qué?

-Las feromonas maternas les producen una sensación de paz, les calma y vuelve a un estado regresivo.

A menudo que acercaba la esencia a la jaula las pequeñas bestias se relajaban. En cuanto estuvieron relajadas abrió la jaula y todos pudimos acercarnos a tocarlos. Las diabólicas y estridentes criaturas ahora parecían inofensivas y angelicales.

- Una pregunta profesora - Pregunta James sujetando un pequeño tubo de cristal. - ¿Qué es esto?

-Ten cuidado James- Dice la profesora - Esa es esencia con feromonas, hace que se exciten y pongan muy nerviosos, puede que incluso agresivos.

-Disculpa profesora, entonces tendré que ir con cuidado - James se acerca con cuidado a mí, con una mirada sombría en los ojos.

Antes de que me de cuenta vierte todo el contenido del frasco en mi pelo. En pocos segundos cientos de duendecillos se encuentran encima mío, tirándome del pelo, arañandome la cara y tirando de mi túnica. Puedo escuchar a James reír salvajemente con el coro Gryffindor haciéndole vítores.

-¡Me las vas a Pagar Potter! - Grito mientras la profesora Lovegood intenta sacarme los duendecillos de encima. 

-¡James! Tus padres estarían muy decepcionados al ver tu actitud - Riñe la profesora Lovegood. 

-Ha valido la pena -Dice desafiandome con la mirada. 

 Comedor 


- ¡JAMES POTTER! - Entro enfurecida al gran comedor, con la varita en mano, apuntando a mi enemigo - ¡Mira como me han dejado la cara los duendecillos por tu culpa!

- Sinceramente Malfoy... Creo que te han hecho un favor. - Dice sin siquiera girarse.

Le doy golpes con la varita.

-¿Tienes miedo? - Pregunto desafiante - ¡Atrévete a enfrentarme Potty! ¿O con tus padres acabó todo el valor de tu familia?

En ese instante se levanta encarándome y con la varita en mano. Evidentemente es mucho más alto que yo, lo que la pelea física no era una opción, por suerte teníamos la magia, y soy una de las mejores alumnas de defensa contra las artes oscuras.

-¡Expulsó! - Grito haciendo volar a James varios metros. Sonrio triunfante.


¡Estupido Potter!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora