C6. JAMES POTTER

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-Te sientan bien - Digo con los ojos cerrados y con mi cabeza apoyada a la pared. - Las gafas. Nunca te había visto con ellas.

-No me gusta usarlas, mi padre siempre se enfada... - Dice ella mientras me escanea lentamente, tengo los ojos cerrados, pero puedo notar su mirada.

-Te dan un toque Potter - Digo sonriendo

Lía se sonroja levemente, desviando su vista hacia el bosque. Su melena rubia cae por encima de su túnica, y su piel parece porcelana, y esos ojos... Todo el mundo habla de mis ojos, los ojos de mi abuela y de mi padre, pero son verdes, sin más... Los de Lía son increíbles, tan grises, tan hipnóticos, tan inocentes y tan inquisitivos a la vez. Un mechón cae por su frente, y lucho con fuerza por no acercar mi mano a su pelo.

¡Dios mío! ¿Qué me está pasando? Espabila Potter, es una Malfoy, ¿recuerdas?

Sus manos juegan con un viejo libro. Lo coge con sumo cuidado y a la vez con ahínco, con miedo a perderlo.

-¿Es tu diario? - Le pregunto con más interés del que debería mostrar.

-Solo es un blog, donde anoto cosas y hago dibujos. Nada con importancia.

Se levanta mientras guarda las cosas en su bolsa.

-Espera, enséñame uno de tus dibujos.

-No soy buena dibujando - Dice mirando el suelo incómodamente - De verdad tengo que irme.

Ahora nos encontramos uno en frente del otro, recreando la escena de la enfermería. Gracias al Quiditch he crecido antes que el resto y por eso soy más fuerte que los alumnos promedio. Y eso hace que Lía se ve tremendamente pequeña. Y entonces noto esas ganas otra vez, esas ganas de rozar su pelo con la yema de mis dedos... Ella se queda petrificada, intentando respirar con el máximo disimulo, mientras yo la sigo observando y cediendo ante la distancia.

"Bésala"

¡Mierda! El idiota de Shiv no puede tener razón...no me puede gustar, simplemente no quiero que me guste Lía. Imposible, me niego.

-No me gusta Lía- Digo apretando las manos con un puño.

-¿Perdona? - Y en ese momento me doy cuenta, había dicho eso en voz alta. ¡Eres idiota James!

-No me refería a eso - Digo sujetándole el brazo - Ha sido un malentendido

-¿De verdad James? - Dice con ese tono frío y tosco que tanto conozco - "No me gusta Lía". No hay mucho margen de confusión en esa frase...

-No era eso lo que quería decir...- Digo terriblemente apenado, sé que en este momento nada de lo que diga la va a convencer.

- Creí que al menos podíamos ser amigos, pero veo que no soy suficientemente buena para el maldito San Potter...

-Lía ... Porfavor -Creo que nunca había suplicado a nadie, y no sabía por qué esta situación era diferente - Quédate.

-¡Suéltame James! - Dice enfurecida deshaciéndose de mi agarre.

Antes de que abandone la torre y en un acto desesperado cojo su diario.

-Lía tienes que escucharme, he dicho una estupidez, no lo pensaba

-Devuélveme el diario Potter - Exige con urgencia

-¿Ahora es un diario? - Pregunto triunfante

- Déjate de juegos, dámelo.

-Quédate, enséñame un dibujo y te lo devuelvo. - Digo con determinación.

Cojo el pequeño diario y empiezo a abrirlo, dentro se encuentran muchas hojas sueltas, todas ellas llenas de dibujos. Dibujos preciosos sobre criaturas fantásticas

-¿Lo has dibujado tú?

-No, lo ha dibujado Fluffy...¡Dame mi diario James!

Pongo el diario en alto, alejándolo de su alcance.

¡Dios! Está tan linda cuando se enfada. Lo estás volviendo a hacer, lo estás sobre pensando. Solo te gusta fastidiarla, no significa nada más.

En algún momento Lía me da un golpe en el estómago. Me tambaleo ante el impacto y antes de darme cuenta todos los papeles del diario de Lía vuelan des de la torre de Astronomía hasta caer por los jardines y bosques de Hogwarts.

-Lía yo...

En ese momento veo algo que nunca había visto, Lía se acerca peligrosamente a la barandilla mientras lágrimas gruesas recorren la cara.

-Mamaaaaa - Deja ir un chillido hacia la nada. Y en cada llanto de Lía siento que se rompe un poco más.

-Lía, lo siento.... Pensé que solo era un diario de garabatos, no pensé...

-¡JAMES POTTER! ¡Para mí estás muerto! HAS DESTRUIDO LO ÚNICO BUENO QUE QUEDABA EN MI VIDA! - Dice empujándome - HAS DESTRUIDO LA ÚNICA COSA QUE ME MANTENÍA EN CONTACTO CON ELLA, SU ÚNICO LEGADO.

-Lía perdóname, iremos a por él. Lo reconstruiremos

-ESTOY HARTA DE TUS DISCULPAS. SOLO HACES DAÑO A LA GENTE, ¿Y SABES POR QUÉ LO HACES? PORQUE NO ERES NADA NI NADIE, QUIERES QUE LOS DEMÁS NOS SINTAMOS UNA MIERDA Y NO VEAMOS LO PATÉTICO QUE ERES, SIN TU APELLIDO NO ERES MÁS QUE UN DON NADIE QUE SIEMPRE VIVIRÁ A LA SOMBRA DE SUS PADRES.

Y ahí estaban, esas palabras que siempre había sabido, esa verdad de la que cada día intento huir, sin filtros, como una puta bala.

-Me he disculpado e intentando ser amigable, pero simplemente no me dejas - Digo enfurecido - ERES UNA NIÑATA CONSENTIDA QUE TIENE MIEDO A QUE LA VUELVAN A ABANDONAR, A PERDER GENTE...

-Cállate, no sabes nada de mí. Dice con los ojos inyectados de ira.

-PERO HAY ALGO MÁS, TIENES MIEDO DE QUE LA GENTE TE CONOZCO Y AUN ASÍ NO TE QUIERAN. PORQUE EN EL FONDO SABES QUE HAY ALGO MALO EN TI.... ALGO QUE HACE QUE LA GENTE HUYA.

Y así es como llegamos al punto de no retorno. Nos habíamos hecho el máximo daño que podíamos, nos habíamos destrozado y ya no había vuelta atrás.

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¡Estupido Potter!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora