C14. JAMES POTTER

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Cierro la puerta, me quedo en el pasillo, mirándome estúpidamente la mano y con una sonrisa en los labios. Des de que había admitido mis sentimientos todo se sentía diferente, ya no podía actuar igual con Lía, eso me aterraba y su vez emocionaba. Había sido un estúpido, pero quería darme la oportunidad de hacerlo diferente, de ser diferente.

Me quedo mirando la puerta de la habitación de Lía. ¡Dios Mío! Que me has hecho Lía... Me tienes aquí estúpidamente dando vueltas por mi propia casa pensando una excusa para volver a hablarte.

-Hijo, ¿estás bien? - dice mamá mientras lleva a cuestas una pila de libros flotando

- Si - respondo aún pensativo.

-Ven a la biblioteca a ayudarme con los libros.

Mamá es una apasionada de los libros, creo que no hay un libro en el mundo mágico que no haya devorado. Ahora es la directora del departamento de protección de criaturas mágicas, por lo que la biblioteca ha quedado más abandonada. Por navidades se pone nostálgica y le dedica especial mimo a este lugar de la casa.

Es una sala pequeña, con hechizos de extensión para poder almacenar todos los libros. Con velas que flotan por todas partes y unas butacas antiguas para poder leer. Si quieres hacer feliz a Hermione Granger encuentra un libro que no haya leído, es la única manera de sorprenderla, déjate de dragones o bombones.

-¿Esta cómoda Lía?

-No sé, pregúntale a ella - digo un poco defensivo

-James, conmigo no es necesario - odio cuando me mira así, ¿soy tan evidente? - se te nota a leguas que estás perdido por la pequeña Malfoy.

-No voy a hablar de eso con mi madre, me niego rotundamente.

-Como quieras, solo no le hagas daño... Esa niña ha sufrido mucho.

-¿Qué le pasa a Lía? Hay algo con su magia que parece que todos sabéis y nadie me quiere contar.

-Lo siento cariño, pero eso no me pertoca contarte - dice mientras sube a la butaca para orquestar los libros - será la propia Lía que te lo cuente, cuando crea oportuno.

-¿Crees que debería hacerle un regalo de Navidad? - digo pensando en voz alta

-Eres adorable - dice mi madre sonriéndome - me recuerdas a tu padre a tu edad

¡-No me llames adorable! Solo lo digo por educación, no vamos a tener a una invitada por Navidad y no hacerle un regalo.

-¡Dios! Eres tan testarudo y orgulloso, podrías ser un Slytherin.

-No me llames así, no soy una serpiente.

Se oye un golpe cuando varios libros se caen al suelo.

-Escúchame James - dice mi madre con rostro serio - tu padre y yo estamos aquí gracias a slytherins valientes que lucharon para que la guerra acabará. ¡Tu estas aquí porque el propio Malfoy te salvo!

-¿Qué? - dije terriblemente confundido

-Cuando estaba embarazada, una mortifaga me secuestro. Después de la guerra mi magia era muy débil... - realmente le dolía pensar en esa época - yo estaba muy asustada y me sentía muy mala madre al pensar que no era fuerte para salvarte. Los padres de Lía nos salvaron. El propio Draco me sacó de allí.

-Pensé que os odiabais...

Entro mi padre, que al parecer había estado escuchando.

-No podemos odiarlo James, salvo lo más preciado que tenemos. - dijo revolviéndome el pelo.

-¿Lía lo sabe? Todo el mundo piensa que su familia son mortifagos... Yo mismo la llame...

-Llamar mortifaga a una chica no te da muchos puntos hijo - dice papá con los brazos cruzados - aparte de que es tremendamente prejuicioso.

-Dios ahora suenas como ella

- Draco no quiere que nadie sepa lo que hizo, se siente culpable por la guerra... Cree que ese acto no cambia nada de todo lo que hizo.

-Joder, la he cagado con Lía a base de bien... No sé como siquiera me habla.

-Porque en el fondo ve que eres bueno James, no sé, me parece una chica muy especial.

- Lo sé - admito avergonzado - pero le he dicho cosas terribles, ha tenido problemas en la escuela por mi culpa, le rompí el diario...

-¿Y si le regalas otro diario? - dice mi padre - ¿qué les gusta a las chicas de hoy en día?

-Harry, acabas de sonar como un viejo... - se ríe mama

-Es un diario especial, era de su madre... Lo tiré por la torre de astronomía y los papeles salieron volando... Esa noche fui al bosque prohibido a buscar todos los papeles y trozos. Algunas criaturas del bosque me ayudaron, no fue fácil que las sirenas del lago cooperaran, pero tengo la mayoría de trozos.

Sigo parloteando hasta que veo a mis padres abrazándose y mirándome con ternura.

-Estoy orgullosa de ti hijo - dicen mamá abrazándome.

- Te ayudaremos a arreglar el diario - dice mi padre. - bueno, tú y yo miraremos, tu madre es la de los hechizos.

- Exacto. - dice mamá sonriendo son suficiencia.

Me quedo sentado, observando a mis padres. ¿Podría yo tener algo como ellos? ¿Podría Lía mirarme así algún día? ¿Podría sentirme seguro y relajado como papá?

¡Estupido Potter!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora