C9. LÍA MALFOY

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Me levanto sintiéndome los ojos pesados. Me arrastro hasta el baño con el pelo enmarañado. Siento los parpados perezosos. Abro lentamente los ojos para poder darme un primer vistazo al espejo.

-¡Mierda! - Observo mis ojos grisáceos, ahora son de un extraño color blanquecino, haciéndome lucir siniestra.

Siempre me he sentido como un bicho raro, des de pequeña. Y si toda mi trágica historia familiar no fuera suficiente, tenía que lidiar con una enfermedad congénita. Mi padre se empeñaba en asegurarme de que era del todo normal, que a mi madre también le pasaba, que era algo así como la anemia de los magos. A veces mi magia se torna débil, haciendo que no pueda conjurar ni el hechizo más sencillo, otros días mi magia se dispara y noto que esta se descontrola. Mis ojos se tornan blanquecinos, como si la vida abandonara mi cuerpo y en otras ocasiones se tornan de color gris oscuro. "Controla tu magia" "Controla tus emociones". Des de pequeña me habían dicho que era especialmente importante que no me desestabilice, que eso solo empeoraría las cosas, que mi magia es demasiado impredecible. Eso explica por qué soy así, supongo, distante... Si no tienes nadie cerca no te pueden hacer sufrir, tampoco te pueden hacer sentir nada, tampoco se pueden ir.

Observo una vez más aquellos ojos que tanto detesto y me dirijo a mi habitación. Cojo un pequeño frasco púrpura y absorbo el contenido, un sabor amargo inunda mi garganta. Me pongo unas lentillas de color marrón, para parecer más viva. Nadie parece percatarse de mi cambio, solo Nat lo sabe, bueno, y los profesores, que se esfuerzan en hacer ver que soy otra alumna normal.

-¡Buenos días Lía! - Dice Nat abrazándome por detrás

-No esto de humor Nat...- Digo apenada y cabizbaja

-Tus ojos...- Dice observando el intenso color chocolate que los inunda - Hoy tomátelo con calma. Evita a James, no te hará bien.

-Sí... Voy a intentar pasar desapercibida, no quiero problemas.

***

- Mini Malfoy - Grita a todo pulmón Sam

-¡Mierda!

Agarro mis libros mientras sigo recorriendo el pasillo, intentando hacerme la despistada.

-¡Mortífaga! - Grita Rose a su lado

Me detengo, intentando controlar mi respiración y no caer ante la provocación. Sam es prefecta de Gryffindor, amiga de Shiv y de James, des de pequeños fueron inseparables. Rose llegó hace dos años de Dumstrang, des de entonces no se ha separado de Sam. Poco a poco fueron creando su aquelarre, así las llamamos nosotras. Sam es la Gryffindor perfecta, siempre responsable y decidida, una chica dura con buen corazón. No entendía muy bien que pintaba en ese grupo, pero parece que siempre la siguen ciegamente.

-Queríamos hablar contigo - Dice Sam con rostro duro - Deja en paz a James

Las 6 chicas me tienen acorralada contra la pared. Me siento como una serpiente atrapada, y todos sabemos lo que pasa cuando atacas a una serpiente. Tenía ganas de morderlas, de alejarlas de mí. Recuerdo que no tengo magia y cedo ante esas ideas titánicas.

-¿Nos estás escuchando hurón? - Dice Rose con auténtico desprecio - Aléjate de Potter, te pasas el día revoloteando a su alrededor

-Sabes que no es verdad - Digo enfurecida - Él es quien viene a provocarme. Además quedaros tranquilas, no pienso robaros a vuestro querido Potter

-Venimos a defenderlo

-Creo que puede defenderse solito - Digo señalando algunas heridas de mi rostro de la última pelea con James.

-Somos Gryffindor, a diferencia de las serpientes sabemos lo que es la lealtad.... Defendemos a los nuestros.

-Pero sabéis poco del honor - Dice una voz muy conocida detrás de ellas -¡Qué vergüenza Sam! Una prefecta acorralando a una compañera...

Nat se hace paso entre las chicas y se sitúa a mi lado, escaneando mis ojos y diagnosticando mi estado.

-Estoy bien- Susurro bajo para que solo ella pueda verme.

-Ahora, si no os importa, nos vamos a ir - Dice Nat cogiéndome de la mano - Vamos a olvidar este desagradable incidente y nos iremos.

-No os vais a ninguna parte - Dicen al unísono - No parece que os estéis tomando esto en serio.

-Rose...- Dice Sam preocupada - Ya hemos dado el mensaje, déjalas estar. Solo queríamos asustarlas un poco

-Eres demasiado buena Sam- dice Rose acercando su varita a mi cuello - Estas no aprenden, ¿no ves que se crían entre mortífagos? Hay que usar mano dura.

-No quiero formar parte de esto Rose - Dice Sam mirándola con horror.

- Eres una dramática

Rose baja la varita y nostras nos damos prisa desapareciendo en dirección a los jardines. En pocos segundos mi cabeza se vuelve un torbellino de extraños pensamientos y siento que la energía, hasta ahora dormida, se mueve inquieta a mi alrededor.

Respira.

¡Estupido Potter!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora