Y así nos quedamos un largo momento aunque en realidad lo sentí muy corto.
La felicidad aun no terminaba, sentía su respiración en mi cuello, subió a mi oreja y la besaba, era una extraña sensación, sus labios regresaron a mi boca, ahora eran diferentes, pareciera que estaba experimentando nuevas cosas, no abría mis ojos para nada, era más emocionante así... pero los abrí lentamente... no estaba en el mismo lugar en el que estaba, ya no estaba él... abrí los ojos como dos platos y vi que mi cachorro me lamía la mano, me senté rápidamente y me di cuenta de que acababa de despertar de un lindo sueño, ¡lo sabía! ¡Era demasiado bueno para ser verdad! "espera" pensé, "ese perro sucio que tengo como mascota lamía mi oreja y... mi boca... ¡AHHHH!"
— ¡Perro sucio! —exclamé mientras limpiaba con mis manos sus babas que aún se sentían — ¿Qué te pasa? —Pregunté tontamente, como si me fuera a responder... —Que asco ¡popeye sucio! —nuevamente exclamé irritado.
Después de maldecir una y otra vez a mi mascota, recordé ese sueño que sentí tan real, suspiré profundamente y cerré mis ojos, abracé mi almohada y deje caer mi cuerpo nuevamente en la cama, volví a recordar ese sueño, imagino que ese chico era algo así como un príncipe, el chico de mis sueños, valga la redundancia, lo describiré, aún tengo su imagen en mi cabeza: Era alto, algo más alto que yo, complexión delgada pero su cuerpo estaba muy bien trabajado, cabello lacio y un poco largo, su cara era tan perfecta, sus facciones estaban perfectamente definidas, tenía unos grandes ojos color miel casi verdes, que combinaban perfectamente con su tez bronceada y su cabello castaño, y una hermosa sonrisa y perfecta como si fuera de un modelo de pasta dental, podía volver loco a cualquiera con una sonrisa y una mirada, no sé si solo sea una imagen de cómo lo quiero, pero lo describí exactamente como lo vi en mi sueño, ¡es perfecto para mi! A parte de su imagen, era romántico y tierno, si encontrara uno de estos ¡me casaba con él!
Pero no le llamare el chico de mis sueños, tiene que tener un nombre, pero en el sueño nunca dijo su nombre, mmm, se llamará Alexander, ¡sí! Alexander, el chico de mis sueños.
Me senté en el borde de mi cama y mi vista se perdió en el piso, luego me di cuenta de que mi despertador estaba tirado y roto, ¿cómo demonios llego ahí? Debí tumbarlo yo mismo cuando estuve dormido. Lo tomé y ya no caminaba, no sabía qué hora era, tomé mi celular y ¡eran las 6:50! En 10 minutos tenía que estar en la escuela y ¡en mi primer día de clases! Me puse lo primero que saque de mi closet, lo bueno era que no llevaríamos uniforme, porque lo odio.
En fin, ya estaba listo, hice record, me arreglé con el uniforme y me peiné, quería dar una buena impresión el primer día pero justamente hoy me tenía que quedar dormido, ya que podemos hacerle. Tome mi mochila, abrí un cajón y saque mi diario, lo tenía que llevar para escribir mi sueño, porque suelo olvidar las cosas demasiado rápido y quiero que ese sueño quede escrito, fue perfecto.
Ya estaba "listo" por así decirlo, tomé mis cosas, ni siquiera pensé en desayunar, mi papá ya no estaba en casa, así es que aparte de que ya era tarde me tenía que ir caminando, todo iba "perfecto" en mi primer día de clases.
Iba casi corriendo hacia el colegio, el camino era largo, llegue agitado y en la entrada me detuvieron, me dieron mi horario y un 'mapa' de la escuela. Busqué mi aula, subí las escaleras, mi aula estaba en el tercer piso, ¡GENIAL! Solo eso me faltaba. Subí lo más rápido que pude y al estar frente a la puerta una profesora ya estaba adentro... era de estatura baja, pelo canoso y escaso, usaba lentes y en sus arrugas expresaba varios años de vida, se parecía a mi abuelita.
Tomé un profundo respiro... ¡perfecto! Todo iba perfecto. Como estaba corriendo, hasta se me olvidó el nerviosismo que sentía, y ahora que estoy en la puerta del aula, donde perfectamente me observaban todos, esas miradas curiosas y sobre todo la profesora, que no quitaba su pesada mirada de mi, regreso mi nerviosismo y no sabía que hacer...
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Dear, dear, diary -Aristemo
RomanceQuerido... querido diario; Cuando el pasado no se ha olvidado, se vuelve presente. Con una mirada comenzó todo. Él despertó en mí, sentimientos que no sabía que tenía, ilusiones que no sabía que existían, y esperanzas que nunca creí llegar a sentir...