—Sí, mucho mejor —decidió Ari— vamos Temo... ¿Temo? ¡Temo! -Escuché un grito que me sacó de mis pensamientos.

—Ah, ¡vamos! —respondí totalmente ido.

—A veces pienso que eres un poco distraído.

—¿Poco? Yo diría demasiado —se burló Meli.

—¡Oye! No tanto —dije en mi defensa.

—No, casi no.

—Bien, después discuten eso —intervino Ari, nos tomó a cada quien de los brazos y nos jaló haciendo que camináramos.

//Aristóteles//

Temo estaba muy extraño y lo demostraba mirándome de una forma aún mas extraña, como si tratara de decirme algo, parecía molesto por algo, ¿por la canción? Lo dudo, no tendría porque ¿o sí? Mmm... mejor quiero pensar que sólo estaba distraído.

Llegamos al comedor y nos sentamos en la misma mesa de siempre, éramos sólo Temo, Mel y yo. Bruno y Yolo llegaron después, pero de rumbos diferentes, yo diría opuestos. Era una reunión normal, todos conversando con todos, claro, con sus típicas excepciones.

—Oye, Ari... —balbuceó Yolo.

—Sí, dime —respondí y presté toda mi atención en ella, sí... aún mas.

—Gracias por dedicarme esa canción, es realmente hermosa —sonrió de forma encantadora.  Bruno comenzó a toser, se había atragantado con la comida.

—Vaya, las cosas que pasan cuando comes demasiado rápido —seguía tosiendo.

—Bruno —pronunció Mel mientras daba leves palmadas en su espalda— las hamburguesas no caminan, no se te va a ir, come tranquilo. Yolo blanqueó los ojos.

—Como te decía Ari, fue un lindo detalle.

—No fue nada —sonreí. La canción creo que fue un buen pretexto para tener un tema de conversación con ella, ésta era una de las raras veces que se portaba atenta conmigo, imagino que tiene un trastorno de personalidades, a veces es cortante y otras veces de lo más atenta, pero esa no es razón para que mi interés hacia ella se pierda, quizás sea lo contrario y aumente.

—Quizás y un día de estos, podríamos ir por un helado saliendo de clases —sugirió.

—Sería genial —dije realmente emocionado— ¿Qué días puedes?

—Mmm... no lo sé, tendría que pedir permiso a mis padres, después te digo, ¿de acuerdo? —me sonrió atenta.

Sólo respondí con un simple "está bien", de cierta forma sentí que me ilusionaba y a la vez me desilusionaba. En la noche, antes de dormir, recordé que le había dicho a Temo que escribiría un diario y no iba a fallarle, tome un cuaderno cualquiera, la única diferencia a un diario es que tiene candado, eso era lo de menos, no creo que alguien se atreva a leerlo, como dice Temo: es privado.

Dear, dear, diary -AristemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora