Se fue y di media vuelta, sin querer choqué con una persona, con el impacto cerré los ojos y al abrirlos de nuevo vi que había chocado con un chico, era casi de mi estatura, tez morena, cabello oscuro y rizado, sus ojos eran pequeños pero resaltaban mucho en su rostro, sus labios eran atractivos, era imposible no verlos...
—Pe... perdón, no vi cuand... —traté de completar aquella oración, pero fui ignorado por completo. Él blanqueó los ojos y dio vuelta, sin decirme nada. ¿Quién se creía? Pero bueno, era un hombre. Sea como sea, deje atrás esa vergonzosa situación para entrar al aula y dirigirme hacia la profesora, la cual estaba por retirarse, lo supe porque estaba ordenando sus papeles y junto cuando estuve frente a ella y a punto de hablar, ella habló, sabiendo el motivo de mi presencia.
—Ya se había olvidado de su diario verdad —aseguró y entonces quise contestar pero me interrumpió— tome —estiró una mano con mi diario y lo tomé— y deje de ser tan distraído.
— Gracias —fingí amabilidad.
Salí de ahí, Melissa estaba fuera de mi vista, seguro se había adelantado mucho, y sólo pensé en la mala suerte que me acompañaba ese día: no tenía idea de donde se encontraba el auditorio. Aún había compañeros míos, reconocí algunos rostros pero no me atrevía a hablarle a ninguno, me acerque a un "grupito" pero hablaban y hablaban, yo hable y no me escucharon, o quizás me ignoraron. Me di por vencido y mejor le pregunté al chico de cabello rizado, ¡sí! Con el que había chocado, el que se sienta delante de mi, ¡ese mismo!
—Disculpa, ¿sabes dónde se encuentra el auditorio? —pregunté tímidamente.
—No, ni idea —me respondió, siendo cortante.
—Y... --Nuevamente me dejó con la palabra en la boca. De estar recargado en el soporte de las escaleras, se movió y se dirigió hacia una chica rubia y alta, la típica barbie. No estaban tan lejos de mí, escuche su pequeña conversación.
— ¿Vas al auditorio?
—Sí —respondió ella—, ¿sabes dónde está?
—Sí, también voy para allá, ¿nos vamos juntos?
— ¡Claro!
Me quede boquiabierto. Que chico tan más... tan más... ¡despreciable! ¡Odioso! ¡Antipático! ¡Y todo lo que se le parezca! A mi me dijo que no sabía nada y a ella lo contrario, ¡hasta la acompañó! Seguro porque aquella parece barbie y obviamente yo no, pero tenía que ser hombre y probablemente hetero...
Ahora si ya no había nadie a quien preguntarle, decidí seguirlos, al fin que ellos también iban hacia allá. Al llegar, arriba de una gran puerta, decía con letras grandes "AUDITORIO" no hubiera sido tan difícil encontrarlo. Al entrar, había muchos jóvenes y todos de nuevo ingreso pero de diferentes grupos, no pude ver a Meli entre tanta multitud, mejor busqué un buen asiento y me senté. Suspire algo exhausto y ni siquiera sé porque, apenas empezaba el día. Mire a mi alrededor, en el asiento de la izquierda aún no se sentaba nadie y al mirar a mi derecha...no lo podía creer, ahí estaba sentado ¡el chico de cabello rizado! En cuanto lo vi regresé la mirada al frente, va a pensar que lo estoy siguiendo.
Era otra hora aburrida. El director nos daba la bienvenida con un numeroso discurso... blabla...
Al terminar, en la puerta del auditorio me esperé, quizás vería a Meli salir y así fue, la encontré y me fui con ella.
— ¡te estuve buscando! —le grité al tenerla frente a mí.
— ¡yo también! Pero me fue imposible verte.
—Lo sé, olvidémoslo, ¿nos vamos?
—Sí.
Regresamos al aula para nuestra próxima clase, nos sentamos en el mismo lugar, revise el horario que nos habían dado y seguía matemáticas. Si la clase de literatura fue un desastre, lleno de aburrición y era la materia que más me agradaba... ¿qué sería de esta clase con la materia que más aborrezco? Sin duda otra larga y aburrida hora y así lo fue, como los libros nos los entregarían hasta la última clase, los profesores solo hablaban de sus años de estudio y de sus carreras, como si nos importara...
Por fin terminó esa hora y llegó la del receso, fui al comedor junto con Melissa y nos sentamos en una mesa, comenzamos a platicar, sus conversaciones siempre eran divertidas, me tenía riendo a carcajadas.
—Es enserio, ¡eso hizo el tonto de mi hermano! —exclamó ella al contarme su anécdota y yo reía fuertemente—. Tenía que ser amigo de tu hermano...
— ¡Hey! —Exclamé al instante— bueno, tienes razón, son una pareja de idiotas.
— ¡Exacto! —coincidió.
Nuestros hermanos mayores eran los mejores amigos, así como ella y yo, de hecho nos conocimos gracias a ellos, desde antes de la primaria.
—hablando de idiotas, ¿te gustó un chico de la clase? —preguntó de repente.
— ¿Eh? —Pronuncié confuso—no... ¿por qué?
—Curiosidad —balbuceó— bueno, ¡es que a mi si!
—de veras que tu no cambias Meli —reí levemente.
— ¿viste el chico que estaba en la otra fila? Era alto y rubio, era hermoso.
— Meli —hice una pausa— ¿el que sea gay no significa que me gustaran todos los chicos.
—no se me olvida, lo tengo presente.
— ¿entonces?
—sólo me gustó ¿de acuerdo? No olvido nuestro lema...
— ¡que ellos sufran! ¡Nosotros nunca! —dijimos al mismo tiempo. Después, reímos juntos.
Semanas antes de que iniciaran las clases, habíamos hablado sobre lo que nos esperaría en esta
nueva etapa, ambos queríamos tener un buen recuerdo de ella y por eso pensamos en que lo mejor era no tener alguna pareja, y es que años atrás, nos habían roto el corazón, a los dos.
A diferencia de las horas anteriores, esta si pasó de forma rápida. Lo bueno dura poco.
Regresamos al aula, nos esperaba otra aburrida clase de matemáticas.
Luego al final ya en la última hora fuimos por nuestros libros, regresamos al aula a clase de
física; me gusta la materia pero no es mi favorita. Igual fue algo aburrida, llego la hora de
salida. Me fui con Meli, vivíamos a dos cuadras de diferencia, platicábamos en el camino, nos despedimos. Al día siguiente, me levanté con más tiempo y llegue puntual a clase, me senté en el mismo lugar de ayer. Llego el profesor, era clase de lógica. Se presentó y no hizo su discurso largo solo fue al grano, a dar su clase.
—Empezaremos por hacer una dinámica, será de dos personas —mire a Meli— pero, no con
alguien que conozcan —advirtió. ¿Que? ¿Tengo que socializar con los demás? Digo... era algo obvio, pero algo me decía que no... —el punto es que tienen que socializar con uno de sus compañeros que no conozcan, para que lo conozcan. Será en parejas, será con la persona que tengan atrás...o adelante. —finalizó. Estaba hasta atrás, así que detrás de mi no había nadie, pero el chico de adelante si tenía compañero atrás, o sea ¡YO! Giró su pupitre para que quedara enfrente del mío, pero no decía nada, era callado y distraído, miraba a otro lado, miraba a la izquierda, a la derecha, a cualquier lado menos a mí. Sentía que me ignoraba pero tenía que ser yo el que empezara con esto...
—Hola —dije y sonreí tímidamente.
—Hola —contestó de forma cortante, casi ignorándome.
—Soy... —fui descortésmente interrumpido por él.
—El que me seguía hacia el auditorio —aseguró.
— ¡¿QUÉ?!
CONTINUARÁ...
AVANCE:
—De acuerdo, ¿Cómo te llamas? —le pregunté ahora más tranquilo.
—Aristóteles, pero dime Ari.
—Cuahutémoc —respondí sonriendo — ¿en serio? —frunció el ceño, por tercera vez. —Sí, en serio._____________________________________________
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Dear, dear, diary -Aristemo
RomanceQuerido... querido diario; Cuando el pasado no se ha olvidado, se vuelve presente. Con una mirada comenzó todo. Él despertó en mí, sentimientos que no sabía que tenía, ilusiones que no sabía que existían, y esperanzas que nunca creí llegar a sentir...