¿Será difícil hacerlo cambiar de opinión verdad? —pregunté a Axel, esperando escuchar palabras de aliento. Creo que no fue lo que esperaba.
—¿Difícil? Yo diría imposible
--Axel, estoy en graves problemas, si él se siente culpable ¿Cómo crees que me siento yo? ¡Peor aún! —exclamé frustrado.
—Relájate, Ari. Sabes, siempre he dicho que las cosas pasan por algo
—¿Esto debió pasar?
—Sinceramente, sí.
—No lo entiendo —confesé, estaba confundido— sólo ocasiono problemas, él la quiere y ella a él, todo iba perfecto entre ellos dos pero tenía que entrar Celostóteles y sus estúpidos sentimientos absurdos —refunfuñé.
—¡Aris, basta! Te estas insultando a ti mismo —me dijo molesto.
—¡Debería hacer eso y mucho más! ¡soy un estúpido! ¡soy un estúpido! ¡soy un...
—¡ARISTÓTELES! —interrumpió mi drama.
—Me...dijiste...Aristóteles —pronuncié pausadamente, tratando de asimilarlo, nunca me llamaba de esa manera.
—¡Así te llamas! —perdió la paciencia, en pocas ocasiones sucedía eso.
—Pero así me dices cuando estas molesto.
—¿Y cómo crees que estoy?
—¿Molesto? —pregunté tontamente, era más que obvio.
—Exacto —suspiró y se tranquilizó rápidamente— a ver, primero siéntate y luego contrólate.
—Sí, sí... — murmuré y me senté en un sofá, luego él se sentó a mi lado.
—Ahora si piensa tranquilamente, busca una mejor idea y sin insultos, controla tus impulsos —aconsejó.
—OK —respiré profundo y cerré los ojos por un largo tiempo.
—¿Ari? ¿Ari?
—Estoy pensando —dije sin abrir los ojos.
—Qué raro eres —susurró.
—Te escuché —le acusé, aún con mis ojos cerrados.
—No sé de qué hablas.
—¡Listo! —exclamé y abrí los ojos, Axel lo malinterpretó.
—Ya lo sé.
—No me refería a ti —aclaré— ya está listo, ya lo tengo.
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Dear, dear, diary -Aristemo
RomanceQuerido... querido diario; Cuando el pasado no se ha olvidado, se vuelve presente. Con una mirada comenzó todo. Él despertó en mí, sentimientos que no sabía que tenía, ilusiones que no sabía que existían, y esperanzas que nunca creí llegar a sentir...
