Capítulo 42

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     El día está resultando de lo más jodido y continúa ahora que el estrés se ha apoderado de mi cuerpo. La cabeza me duele y muy por el fondo de mi ser, me siento pateado y avergonzado. Jamás había sufrido una pelea pública de esta magnitud con ninguna mujer, jamás han tenido que ayudarme a deshacerme de los gritos y de la furia de una chica. Esto es una mierda. Que Rebecca venga a hablarme y hacer escándalo en mi trabajo es una total mierda.

—Debiste hacer algo muy bien para que ella venga hacia ti para hablarte —escucho que dicen.

Levanto la vista y me concentro en el rostro redondo del mismo chico que ha presenciado una de las etapas más vergonzosas que he vivido.

—¿Qué?

¿Hacer algo muy bien? ¿Cómo qué? ¿Follarla una y otra vez y después ir a drogarme? ¿Ofrecerle mi dinero para que no me dejara solo cuando estaba echo mierda? ¿Eso hice bien? Nada de esto está bien. Ella sólo quiere divertirse otro rato conmigo ahora que he vuelto, pero no va a suceder.

Ella no me quiere, sólo quiere molestar. O mi dinero.

—La chica —menciona, moviendo su mano hacia la puerta—parece que está muy interesada en ti.

Sí claro.

Está interesada en mi dinero y en tener a un pendejo nato como yo para que le cumpla sus caprichos cada que ella quiere.

El chico se ríe levemente mientras niega con la cabeza, parece fascinado con lo que acaba de pasar y quiere el cuento completo. Me quedo en silencio pensando en lo que acaba de suceder hasta que la voz pastosa del chico vuelve a entrar por mis oídos.

—Está muy bonita, de verdad ella quería estar aquí contigo a pesar de cómo le hablabas. Hiciste un buen trabajo en la cama o la conquistaste de verdad, algo hiciste realmente bien con ella.

Cuando deja de hablar se queda mirándome, esperando una respuesta a su comentario premeditado. Resoplo y me ajusto en el asiento.

—Supongo que dejarle las cosas claras desde un principio ha hecho que se encapriche conmigo —respondo.

—Dejarle las cosas claras ¿cómo? Creí que era tu novia o tu conquista...

Hablar de Rebecca está logrando que me duela la puta cabeza otra vez.

—No, no—lo interrumpo—es mi ex, pero parece que no puede dejar las cosas, así como están. Creo que le encanta el drama.

No sé la razón de mi comentario a un desconocido, sin embargo, siento que el peso que estaba empezando a tener en mi espalda, está esfumándose gracias a eso.

—Tal vez. Tal vez no le gusta la palabra no, pero créeme que, si hubiera sido ella la que cortó, ahora mismo le valdría un pepino hablarte, todo es cuestión de la posición en la que está el problema —opina, yo me quedo pensando en ello. Tiene razón, Rebecca me abandonó cuando salí del circuito, yo ofrecí dinero para que no me dejara, pero no le importó. Ahora que he vuelto y se ha acercado a mí en aquella pelea, y he sido yo el que la rechazó, ha despertado un interés enorme en mí. —La verdad, yo hubiera pensado un poco antes de echarla de aquí, la chica es muy linda. Loca, pero linda.

Para ti de alguien más ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora