La inocente y dulce Jazzlyn Parker, está enamorada del chico malo de su clase; Devon Gray. Él parece no notarla, nunca. Aún con esa belleza sublime y femenina, le resulta un poco complicado acercarse al chico-problemático.
Jackson Leckie.
Él parece...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pruebo un pedacito de tarta de limón que ha preparado mamá, me tiene como su catador de alimentos mientras ella mira con impaciencia mis gestos. El sabor a limón se expande por mi paladar y gimo. Mi madre sonríe complacida partiendo ahora un gran trozo para ponerlo en mi plato azúl de porcelana.
Quiero decirle que se abstenga de seguir usando mi cuerpecito para que saboree sus recetas, pero todo lo que prepara es delicioso y no puedo rechazarla. ¡No quiero subir de peso ahora!
—Está delicioso, mami —le informo, llevando un gran pedazo con el tenedor hasta mi boca. Cierro los ojos en el momento que el dulce sabor se expande de nuevo por mis papilas gustativas.
—Con esas caras y esos ruidos que haces, no me queda la menor duda que sería una gran chef. Gracias, cielo. Disfrútalo.
¡Yo no hago ruidos!
—No hice ningún ruido, mamá. De todos modos si los hiciera sería tu culpa, todo lo que preparas es riquísimo.
Y no lo digo por ser mi madre. Realmente es buena haciendo todo lo que hace, incluída yo. No es que sea una presumida y tampoco vanidosa, pero sé muy bien que soy bonita. Jax lo ha dicho varias veces en estos últimos días, así que hoy más que nunca me lo creo.
Hablando de él, parece que ya se olvidó de mí porque no he escuchado mensajes nuevos.
Haz enviado un mensaje: —Por supuesto:) Entonces, ¿a qué hora nos vemos?
Hace casi dos horas escribí eso con todo el entusiasmo del mundo y no me ha dicho nada.
¿Soné muy necesitada en ese mensaje?Tal vez debí hacerme del rogar un poco. ¿Y si se arrepintió? ¿Qué tal si me deja plantada? ¡Ay no! Prefiero pensar que está muy ocupado con su trabajo y por esa razón no me contesta el mensaje. O quizá llegará de sorpresa a tocar mi puerta, con un ramo de flores rojas en sus manos. ¡Se vale soñar!
Tal vez aparece en mi puerta sin un ramo de flores, pero no importa. Quiero volver a ver esos hermosos ojos y esos músculos de ensueño. Escuchar su voz cerca de mí. Esa voz que hace que mi piel se erice sin ningún esfuerzo.
— ¿Qué tanto piensas, hija? Me encantaría saber que te quedas así de pensativa gracias a la delicia de mis postres, pero no tengo tanta suerte. Es un chico ¿verdad? —Mi mamá lo sabe todo.
La veo frente a mí, sentada en un taburete de la cocina. Me salgo de mi mundo amoroso cuando ella coloca un mechón rebelde detrás de mi oreja. La tarta sigue desprendiendo su olor desde la mesa principal, y la pequeña taza con chocolate y malvavizcos que preparé está intacta.
Quiero decirle a mamá que de hecho son dos chicos, aunque no estoy segura de eso. Devon me encanta, es un cabrón casi todo el tiempo, pero me gusta mucho desde que lo conozco. Y Jax, bueno él se ha convertido en una persona especial en poco tiempo. Es lindo, divertido a su manera -y guapo- y amable conmigo a diferencia de Devon.