-¿No te ha mencionado nada? -cuestioné mientras observaba con verdadera indecisión el interior de mi guardarropas.
-¿Por qué lo haría? -inquirió mi hermana, masticando nerviosamente su labio inferior mientras parecía inspeccionar con minuciosidad el informe que se encontraba redactando con la computadora portátil sobre el regazo.
-Porque se llevan bastante bien.
-Es tu novio, tú deberías saberlo antes que nadie.
-¿Es que acaso no escuchas una sola palabra de lo que te comento? -inquirí con cierto fastidio en lo que me volvía hacia ella. Su vista seguía clavada a la pantalla del ordenador, el brillo del mismo se reflejaba en los cristales de sus gafas de lectura.
-No en realidad.
Solté un sonoro respiro mientras colocaba mis brazos en jarra, logrando mi objetivo en cuanto acaparé la atención de los ojos claros de mi melliza.
-¿Qué?
-En primera, Isaac y yo no somos novios, en segunda, es una sorpresa, ni siquiera me ha dado una simple pista, ergo, no tengo una mínima idea de qué llevar puesto -espeté, dejándome caer en mi cama con la tentadora idea de echarme una siesta reparadora, apesar de que quedaba poco más de una hora para arreglarme.
-Ni se te ocurra quedarte dormida y dejar plantado a ese pobre muchacho, Ann Marie -me advirtió Sky, finalmente poniéndose de pie y caminando hasta mi guardarropa.
Cerré los ojos por un momento; alcancé a oír cómo mi hermana arrastraba perchas y lanzaba cosas por doquier.
Comenzaba a flotar en un idílico sopor cuando un fuerte golpe en la cabeza provocado por una almohada me arrebató de los brazos de Morfeo de forma brutal.
Me incorporé de golpe mientras mi corazón comenzaba a latir de forma aparatosa, recalcalculando mentalmente en qué situación me encontraba, cuando vi a Sky de brazos cruzados, dedicándome una mirada acerada a través de sus gafas.
-No puedes decir que no te lo advertí.
-¿Pero por qué tienes que ser tan violenta siempre? -me quejé.
-Llevarás este vestido -informó, lanzando la mencionada prenda a mi lado.
Aprecié la tela, sonriendo al recordar que cuando vi el vestido a través del escaparate había sido amor a primera vista. Era un vestido holgado y sencillo, de color amarillo, con bonitos detalles en el ruedo y el cuello. Y aún no había tenido la oportunidad de lucirlo. Sin embargo, no tardé en presentar una negativa:
-No, conociéndolo conociéndome, me llevará a algún sitio al aire libre, la noche está fresca, no quiero pescar un resfriado, ni exponer mi trasero al aire frío.
Sky rodó los ojos y soltó un bufido.
-¿Entonces por qué demonios haces tanto drama? De todas maneras, podrías llevar puesto un costal de papas y usar bolsas en los pies en lugar de zapatos e Isaac seguiría babeando por ti -rechistó. No pude evitar reír al hacerme una imagen mental de esa situación.
-No exageres, probablemente pensará que estoy loca.
-Sabes a lo que me refiero, deja de actuar como una gallina, sé que estás nerviosa, pero es hora de comenzar un nuevo capítulo -me alentó, cruzándose de brazos bajo mi atenta mirada. Ella tenía razón, siempre la tenía.
Tomé un profundo respiro, no había tenido una cita en mucho tiempo. Tenía este temor implantado en el pecho que me llevaba a querer posponerla, sin embargo, sabía que no podía hacerle algo así a Isaac.
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Corazones Rotos
Teen FictionAnn sufrió en carne propia los estragos que podía causar un corazón roto por un desmoronado romance de juventud. Ann sabía que tarde o temprano tendría que salir adelante y seguir con su vida, tal cual lo había hecho él. Ann no tenía idea de que se...