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El pacto. La ruta de los perdidos II
Caín seguía caminando sin ningún tipo de rumbo. Sus piernas parecían moverse solas, esquivando cualquier raíz que se atravesara en su camino.
- Quizás todo esto solo es un error - Dijo en voz alta con las manos en los bolsillos.
Podía sentir las múltiples presencias malignas que le levantaban tras su espalda con fuerza, pero no se voltea a mirarlas. Aun cuando tiene la cuchilla en la mano, solo sigue caminando sin intenciones aparentes de detenerse.
- Váyanse ahora, no estoy de humor - Trata de advertirles aun sabiendo que ellas no van a hacerle caso.
Puede contarlas solo con sentir la cantidad de energía que desprenden, quizás sean de categoría dos. Sabe que las derrotaría en poco tiempo con el poder del brillo o la marca, pero esta tan cansado que las ganas de recitar cualquier cosa se vuelven nulas en su totalidad. Prefiere seguir vagando, aclarando su mente, o intentándolo.
Como esperaba, ni siquiera tratan de hacerle caso, solo saltan sobre él y caen con brutalidad al suelo, formando una inmensa capa de polvo. Pero solo cayeron sobre el suelo, no sobre el humano a quien planeaban herir.
