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Retumbar...¿Lo hice bien?. El incidente de Shibuya V
El paso de ambos era un tanto ligero. Itadori podría dejarlo atrás en cuanto quisiera.
Caín apretó los dientes una vez más antes de seguir corriendo.
- Podemos parar si necesitas un respiro - Informo el pelirosa viendo a su compañero.
- Estaré bien. Solo estoy enojado - Itadori entrecerró los ojos con miedo a preguntar.
- ¿Es porque mandaron a Kaneki con los Zen'in? - Trato de sonar calmado.
- Porque Yaga conoce la historia. Pero solo es el director, no puede hacer nada - Decirlo en voz alta lo hacía afrontar la realidad.
- ¿Que el mundo de la hechicería no debería ser justo? - Interrogó Itadori.
- Es tan injusto como el mundo fuera de él. Los Zen'in son de los tres grandes clanes, sería imposible hacerlos caer a no ser que su reputación manchara el nombre del Jujutsu. Aún si lo que le hicieron a mi clan debería de ser suficiente. Los únicos testigos de eso somos Kaneki y yo, Fushiguro es un cómplice hasta cierto punto. Ellos saben que solo necesitan usar a alguien importante para atraerme
- Pero dejaste que Kaneki fuera sin objeción
- Son unos cabrones, pero no son estúpidos. No van a intentar nada en un lugar con tantos testigos potenciales - Aclaro -. Aún así, se que no debo desviarme de la misión y que necesito tener la cabeza fría, pero es difícil - Contuvo sus ansias por explotar.
- Espero que todo salga bien - Deseo Itadori.
- Más les vale. De lo contrario, le romperé el cuello a quien se atreva a poner una mano sobre Kaneki - Los ojos del pelirosa se cerraron al escuchar su amenaza para nada vacía. Sin duda a veces le aterraba.
El camino era algo estrecho. A lo lejos consiguen escuchar algunos golpes, acompañados de varios murmullos provenientes de una voz ronca.
Hay escombros y algunos cuerpos exorcizados volcando tras la esquina del pasillo.
Del otro lado Caín encuentra a Toge Inumaki que pelea contra los humanos modificados. Uno lo tiene sujeto y le muerde parte del brazo.
Akira corre y su mano aprieta el barandal de las escaleras donde se apoya para saltar encima de este y patear la cara de la maldición repetidas veces hasta conseguir que suelte a su amigo.
- Toge, ¿Estás bien? - Pregunta rápidamente.
Itadori se desliza por las escaleras hasta llegar a su lado.
