capítulo 25.

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Caminaron tranquilamente hablando de temas triviales, en realidad Eijiro y Ochako hablaban, Katsuki escuchaba y comentaba cada tanto. Quién llevaba al perro era Ochako, a decir verdad se portaba bastante bien y caminaba a la altura de ellos.

Bueno eso hasta que se paro y miro fijamente hacia algún punto del bosque, los pelos se le levantaron levemente. La chica miro con sospecha en esa dirección.

-Bronto, andando.- por alguna razón eso la inquieto más, tiro un poco del collar y el perro siguió su camino. Los chicos se habian quedado un poco más adelante.

-paso algo?- Katsuki habia levantado una ceja y tenia una mala sensación al igual que Eijiro.

-no, nada. Vamos, ya falta poco- volvieron a retomar su camino aunque Ochako estaba segura que alguien los estaba viendo, sentia la mirada sobre ella.

Se obligo a relajarse cuando llegaron al pueblo, varias personas mayores al reconocerla la fueron a saludar y varios niños se acercaron a mimar al perro, Bronto se dejo tocar como si los conociera de toda la vida. Fueron primero a la tienda a comprar lo que necesitaban, no era mucho, con lo que les sobro decidieron ir un rato al parque principal del pueblo.

Vieron un puesto de algodones de azúcar y los chicos fueron a comprar, Eijiro para él y Katsuki para ella, aunque en realidad fue arrastrado por el otro. Ochako estaba sentada en el pasto con Bronto a un lado acariciandolo, cuando unas chicas la vieron y se pararon.

-Uraraka?- la chica de coleta alta y de cabello anaranjado ondulado le hablo, Ochako al reconocerla no sabia donde meterse, se sintio incomoda de golpe.

-Tomai? Wow, no esperaba verte aquí, cuanto tiempo- se levantó y fue a saludarla, cuando se acercó noto que la chica sostenia su mano con la otra.

-wow si, estas muy cambiada, amo como estas vestida y tu pelo, te queda precioso. Oh, mira, ella es mi novia Sayumi Nomble- la chica era albina de ojos amarillos y tenia pecas en sus mejillas.

-un gusto, soy Ochako Uraraka- le sonrio y le hizo una reverencia a la chica.

-waaa eres tal y como te describio Jin, Uraraka-chan siempre te quise conocer y aquí estas. Aunque debo decir, que eres más hermosa de lo que te describió y de lo que te ves en fotos- Nomble prácticamente se le habia tirado encima, en ese momento llegaron los chicos. Katsuki se aclaro la garganta, llamando la atención de las mujeres.

-oh, chicas ellos son Bakugou y Kirishima, chicos ellas son Tomai y Nomble- mientras nombraba señalaba a cada quién, los chicos se acordaron de la conversación que la chica habia tenido esta mañana con su abuelo. Rápidamente se hicieron una reverencia los cuatro.

-bien, al parecer estas en una cita, te vamos dejando Uraraka-chan- Tomai le hablaba suavemente y dulce, Ochako se sonrojo hasta la punta de sus pies al escuchar eso último y nego con la cabeza.

-ellos solo son mis amigos Tomai-chan, además son pareja- al decir esa frase Nomble hablo enérgicamente.

-oh que lastima, bueno querida si alguna vez quieres unos buenos orgasmos solo escríbenos, estamos abiertas a los trios, y tú Uraraka-chan estas muy caliente, nos vemoss- y se fueron de ahi dejando a una Ochako de un color bordo y a unos chicos impresionados por la audacia de la chica, les recordaba un poco a Mina. Eijiro vio el momento perfecto para molestarla.

-asi que ahora te gustan las mujeres?- Katsuki se dio cuenta de lo que su novio hacia y le siguió el juego.

-uh, y yo que pense que iba a tener una oportunidad para follarte bien duro Ochako, mierda parece que se me adelantaron- detrás de sus espaldas los chicos chocaron puños. Mientras, la chica parecía que en cualquier momento se desmayaria, tomando valor agarró su algodón de azúcar y prácticamente corrió con Bronto hacia una banca. Eijiro y Katsuki se rieron.

Ochako comenzó a comer su algodón de azúcar con Bronto acostado en sus pies, los chicos rápidamente se sentaron al lado de ella a comer. Luego de cinco minutos el perro se paró abruptamente a gruñir detrás de ellos. Los tres se giraron curiosos a ver, la chica pronto se arrepintió.

-pero vaya, quien lo diria que te encontraría aqui, pensé que te estabas pudriendo en la ciudad pero al parecer me equivoqué. Hola Urraka, tan vacia te sientes que me reemplazaste con dos tipos musculosos sin cerebro? Maldita puta descarada de cuarta- Keitaro Sindell, de padre Inglés y madre japonesa, rubio, alto, con ojos purpuras profundo. Egocéntrico a un nivel que fácilmente compite con Monoma.

-Hola Sindell, que raro que no te haya llegado la noticia, digo ya que tú eres un chismoso de primera me extraña. Y no, no necesito ni reemplazarte porque nunca fuimos nada, solamente me rechazaste a los trece, y de hecho me alegro que lo hayas hecho, hoy en dia me da vergüenza decir que alguna vez me gustaste, si me hubieses correspondido? Peor, hasta creo que ya me hubiese matado- no se llevaban bien y era obvio porque. Katsuki ya le queria explotar la cara a ese hijo de puta, solo no se le tiro encima porque Eijiro habia activado su don en la mano. Ochako soltó la correa del perro y se paró delante de Sindell cruzando los brazos.

Para ninguno fue difícil notar como el tipo habia pasado su mirada descaradamente por todo el cuepo de la menor y se habia relamido los labios cuando vio sus pechos, cuando llegó a los ojos Ochako lo queria golpear.

-al parecer la oruga se hizo mariposa- en ese momento tomo del mentón a Ochako -ya no estas gorda y al parecer, como no estás con esos dos, podría darte el mejor sexo de tu vida, que dices? Lo único, no me toques con tus extrañas manos feas, si quieres te las ató- la chica se rio falsamente, le golpeo la mano y le dio un rodillazo en la entrepierna, haciendo que el contrario caiga en el acto. Los chicos no pudieron evitar estremecerse al ver eso. Bronto le comenzó a gruñir mostrando los dientes directamente sobre su cara, suavemente Ochako apartó al perro y habló.

-la próxima vez que te vea y me faltes el respeto a mí o a quién sea que me acompañe te juro que te deformo la cara de idiota que llevas.- luego de eso se paro, agarró la correa del perro y comenzo a irse sin esperar a los chicos.

Eijiro y Katsuki rápidamente agarraron las bolsa, tiraron lo que quedaba de los algodones y la siguieron, no sin antes que Bakugou le tire una discreta explosión en la cara al tipo que dejó a Kirishima riendo por lo bajo.

𝒔𝒕𝒂𝒓𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora