Diario 1: Cariño

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Disclaimer: Miraculous no es de mi propiedad al igual que el arte aquí utilizado.
Sin embargo, lo aquí escrito sí es de mi entera autoría.
Se prohíbe cualquier tipo de copia y/o adaptación.

[Encontramos personas a las que les confiamos el corazón, como ellos nos confiarían el suyo]

Querido diario:

Terminó el verano, quizá con él las lluvias. Pero en mi corazón ha nacido algo, algo a lo que no me puedo seguir negando, algo que me está haciendo agonizar.
Conocí a un chico; Adrien Agreste.
Adrien tiene cabello rubio y unos ojos que te invitan a esconderte en ellos, como dos bosques inexplorados, cargados de misticismo, inalcanzables. Me sudan las manos cada vez que lo veo, se corta mi voz y siento que desfallezco. Cuando él pronuncia mi nombre parece un canto celestial que me eleva a lo más alto.

¡Es tan perfecto!

Es el primero en la clase, participa, es buen consejero. Tiene la costumbre de tamborilear sus dedos tres veces antes de usar su bolígrafo y tomar notas. Se recarga contra el respaldo e inclina su cabeza a la derecha y luego a la izquierda para despejarse. Sube las escaleras de dos en dos y los baja de uno en uno, dando siempre un brinco en los últimos dos escalones. Le regala sus aceitunas a Nino, porque a él le dan asco, y le pide su ración de postre. Es el único momento en que puede darse ese gusto.

Te mira a los ojos cuando sabe que estás mintiendo y forma un puchero simpático cuando está de acuerdo contigo. Te sonríe cuando siente pena, y siempre le atina al cesto de basura cuando lanza sus latas.

Tiene un buen corazón, va a clases y a actividades extras sin replicar, modela y hace siempre lo que su padre le dice.

Pero hay algo en él que no termino de entender.

¿Cómo alguien tan guapo, tan inteligente y tan capaz, puede estar así de solo?

Debería ser pecado que sus ojos lloren, que sus manos tiemblen y que la lluvia lo golpee sin piedad.

Siempre es tan bueno con todos, él no merece lo que le pasa.

Quisiera poder ayudarle, porque... Creo que lo quiero.

Marinette

Chat Noir se acomodó de su posición. Había terminado acostado sobre la viga y con el brazo estirado hacia arriba tomando la libreta mientras sentía su pecho ahuecarse. Al estar sentado sacó del otro bolsillo de su chaqueta un bolígrafo de tinta azul. Se debatió un poco. Si Alya se enteraba de que tenía en sus manos el diario de Marinette, seguramente lo asesinaba.
Sin embargo esperaba que le sirviera de algo. Apretó tres veces el botón del bolígrafo y comenzó su escritura justo en la hoja trasera de donde había encontrado lo de la chica.

Querido Diario de Marinette:

Comenzó a escribir, riéndose un poco de él mismo por platicar con un trozo de papel.

Yo soy Adrien Agreste, me gustaría comenzar por decir que las palabras de Marinette me halagan, pero me temo que más de la mitad son equívocas. No sabía que tuviera tantas acciones específicas en mi cotidianidad, creo que es curioso cómo a veces hacemos cosas singulares y no nos damos cuenta de ello. Supongo que no sientes lo que tienes hasta que comienza a dolerte.
He vivido más de la mitad de mi vida encerrado en mi propia burbuja. Hago muchas cosas, pero considero que no termino de hacer ninguna bien. ¿De qué te sirve escribir, dibujar, bailar y cantar al mismo tiempo, si no puedes realmente dedicarte a una sola cosa y ser el mejor en ello?
Esa es mi vida, el pantallazo de una perfección. No soy más que una imagen de cartón impuesta por otros y para la satisfacción de otros.
Me gustaría poseer alguna de las virtudes que Marinette me ha concedido en este escrito, pero no las hay, soy un ser normal y ordinario con muchos errores a su espalda, y que ha perdido a la persona que más quiere, y a casi todos a su alrededor.

Y Marinette, ojalá algún día puedas perdonarme con lo distraído que he sido.

Yo también te quiero mucho, eres una gran amiga.
Y al día de hoy, eres todo lo que me queda.

─Adrien Agreste.

[A veces la confianza se rompe, pero siempre puede restaurarse]

Memorias de un guardián || MLB|| Adrinette / MarichatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora