Flashback: Última oportunidad

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Disclaimer: Miraculous no es de mi propiedad al igual que el arte aquí utilizado.
Sin embargo, lo aquí escrito sí es de mi entera autoría.
Se prohíbe cualquier tipo de copia y/o adaptación.

[Porque lo que importa no es la habilidad de ganar o perder, sino la habilidad de aceptar el cambio en nosotros] 



Adrien Agreste


Perder el rumbo no era una opción ahora, no cuando tenía la vida de los ciudadanos de parís pendiendo de mis manos como lo más valioso que podría poseer. Corría por los tejados, me balanceaba y empujaba con ayuda de mi bastón. Sentía la ansiedad correrme por el cuerpo como un veneno que te seca y sólo deja ardor a su paso. Ladybug no me había dicho gran cosa en esa corta llamada que mantuvimos.

     —Sólo sigue el localizador, Chat Noir— me dijo ella sin más.

A mí el desespero me consumía desde dentro al notar a dónde es que me acercaba. Rogué a los cielos que lo que mi mente maquilaba no fuera real, que fuera sólo una dirección de paso y no el punto de encuentro.

Viperion se esforzó por comunicarle a Ladybug que habían logrado seguir a una muy indispuesta Mayura, en ese momento su conversación se volvió algo privado y cortaron el enlace con el resto del equipo. Un escalofrío me recorrió el cuerpo. Si ellos guardaron el secreto, ¿Debería asumir que ellos sabían que yo era...


     —Chat Noir, Chat Noir ¿Estás en posición?— Llamó Ladybug en una voz neutral para evitar que fuéramos sorprendidos.

     —Bien, sí, sí— atiné a decir.

     —Viperion y yo entraremos por la parte este de la mansión, Rena y Carapace por el ala oeste y Bee con Chat irán por la zona posterior ¿Entendido?— ordenó la moteada recibiendo afirmaciones por parte del resto del equipo.

Queen Bee me miró con pena mientras yo trataba de tragarme el nerviosismo. Ella lo sabía. Ese lugar, todos esos ornamentos, las claves de acceso y cada uno de los pasillos me los conocía de memoria, al derecho y al revés. Después de todo, por 17 años ese lugar había sido mi hogar.

Dicen que un pellizco funciona para despertarte de un mal sueño, si no duele es que no es más que una fantasía. Sin embargo yo no necesitaba un pellizco o mirar al techo. Me bastaba con el peso que me atormentaba en el medio del pecho, ese latir desenfrenado y la falta de aire que me hacía ir más lento.

     —Chat...— murmuró a mi lado Chloé.

     —Es nuestro turno, Queen.


Conforme los golpes de las sombras  se volvían más brutales, mis movimientos se volvían lentos y pesados. Como un niño que no puede más luego de empujar y empujar con fuerza el sube y baja. El aire se iba de mi pecho y sentía el sudor escurrirse en mi frente hasta llegar al borde de mi antifaz. Mi espalda chocó con la de Rena y ella se impulsó para golpear a los que venían sobre nosotros.

     —¡Chat Noir, despierta!— me regañó furiosa. 

No veía a Ladybug por ningún lado y eso estaba acrecentando mi ansiedad. Era mi casa y en sí no había recibido una respuesta clara de a quién buscábamos exactamente. O era que en realidad me estaba negando a aceptar que mi padre era el villano que me había atormentado por años.

Memorias de un guardián || MLB|| Adrinette / MarichatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora