Flashback: La primera vez

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Disclaimer: Miraculous no es de mi propiedad al igual que el arte aquí utilizado.
Sin embargo, lo aquí escrito sí es de mi entera autoría.
Se prohíbe cualquier tipo de copia y/o adaptación.

 [Padezco tu ausencia y duele]

En las películas, canciones y novelas siempre describen que los aliados terminan por afianzarse cuando hay algo en común. Un gusto, algún hábito, un trauma o un enemigo.
Por eso, cuando la vio con la vista perdida entre las luces que rebotaban en las botellas del lugar, no pudo evitar sentirse embriagantemente atraído.
Le miró acomodar su cabello metiendo su mano por el hueco entre su nuca. Este mismo se ondeó y brilló con los colores del ambiente.

     —Hola— llamó acercándose a su costado sentándose en la misma barra. Hizo un ademán y pronto se le acercó un vaso con algo que la chica no supo descifrar. 

Ella solamente sonrió.
Un choque de electricidad los dominó y atrajo en un inefable magnetismo.
Sintió, por un instante, que la conocía  de toda la vida.

      —¿Qué haces en un lugar como este?— Preguntó sin esperar una respuesta exacta.

     —Es el tipo de lugar al que vienes cuando te rompen el corazón, supongo.

     —¿Entonces tienes el corazón roto?

     —¿Preguntas siempre lo que te acaban de decir?

Ambos sonrieron.

     — Sí, me gusta tener los hechos claros.

     —Sí, tengo el corazón roto, o lo que sea.

     —Es una pena...

Ella le miró detenidamente. Su peinado  pulcro y las mangas arremangadas que denotaban los antebrazos y su definida forma. Dio un sorbo más a su bebida y se acomodó el cabello por el nerviosismo.

     —¿Y tú?

     —Sí, eso parece... Creo que el amor no es para todos, esa es la justificación estúpida que da la gente, ¿no?— ella se rió.

     — Tienes razón, hay gente que no sabe amar— respondió ella cambiando un poco su tono—Estarías dispuesto a lo que fuera, pero ellos apenas pueden sacrificar lo mínimo. Toman cualquier oportunidad para irse y dejarte con todo ese amor en las manos.

     —¿Harías lo que fuera?, es decir, por mantener a esa persona a tu lado.

Se lo pensó por un largo rato. ¿Haría lo que fuera por que él regresara a su vida? Quizá. Porque hasta ese entonces no conocía ni reconocía otra forma de amar. Y lo que él le había dado era tan único e improbable que por un instante dudó si era real, hasta terminar por aceptarlo y finalmente perderlo sin siquiera darse cuenta.

     —¿Crees en la magia?— preguntó de pronto.

     —¿Cómo dices?—reaccionó contrariado.

     —Me llamo Lila, Lila Rossi. ¿Y tú eres?



[Estoy pagando mis crímenes]


Próximo capítulo:
XIV La identidad de Hawk Moth

  

Memorias de un guardián || MLB|| Adrinette / MarichatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora