V. De amores y tragedias

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Disclaimer: Miraculous no es de mi propiedad al igual que el arte aquí utilizado.
Sin embargo, lo aquí escrito sí es de mi entera autoría.
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[Qué curioso es avanzar en la vida de a poco]

No les había contado acerca de las notas amenazantes que recibió hacía meses. Un poco para no preocuparlos y otro tanto porque no les había tomado la suficiente importancia. Aún así no podía evitar sentir que olvidaba algo, quizá algo muy importante que no terminaba de cuajar en todo aquello. Como fuese no era algo que estuviera atormentándole en ese momento.

Cuando Viperion y Queen Bee llegaron al encuentro en la base de la torre Eiffel, se sintió casi como irreal. Verles, aunque no terminaba de admitirlo, le traía paz. Era su equipo después de todo, el grupo irregular de personas con las que había pasado casi toda su adolescencia, claro que faltaba el pilar más importante, prefería obviar eso por el momento, las cicatrices del rostro aún no terminaban de curársele.

Chloé le miró con una sonrisa de lo más sincera, Luka simplemente les regaló a la otra pareja y a él un asentimiento sereno. Se sentía como volver a los 14 años, cuando se reunían más para  conversar de banalidades que para preocuparse por lo que les avecinaba. Claro que no era igual, pero Adrien intentaba convencerse de que sí que lo era.  Rena abrazó a Queen, y se habrían reído de lo irónica de la escena de no ser por el llanto creciente de su amiga.
Eran niños después de todo, ninguno pasaba de los 18 años y cada instante parecía consumirlos más y más.

     ─ Hemos visto esta tarde a Marinette, ha preguntado por ti...─ Comentó Chloé una vez estando todos más despejados─ Pollen sigue sin sentir la presencia de Tikki.

     ─He hablado con los demás Kwamis. Las suposiciones son ciertas y los secretos podemos encontrarlos en la tableta.

    ─¿Pero dónde está la dichosa tableta?─ preguntó Nino con impaciencia.

    ─ Ellos dicen que está en la recámara de Marinette, habrá que buscarla ahí y bueno, intentaré arreglar los miraculous.

    ─¿No les parece curioso?─ cuestionó el Couffaine como perdido en sí mismo, intentando encajar todo en su cabeza pero a voz alta.

     ─¿Qué quieres decir con curioso?

     ─Bueno, aquél día lo vimos como una posibilidad, pero es claro que los nuevos portadores no saben de la existencia de esa tableta, lo que deja claro. 1.No son cómplices del Howk Moth, de serlo sabrían del aparato. Y 2. En general no saben nada de los miraculous, sus ataques han ocasionado muchas pérdidas, pero parece más bien como quien no termina de reconocer su poder. La desventaja en todo esto es no haber logrado restaurar nada sin el poder de Ladybug.

     ─Lo que significa que una vez arreglados los aretes podremos restaurar todos los destrozos─ intentó completar Rena

     ─Plagg me habló de ello, el miraculous parece estar en un modo de hibernación, no sé si todo pueda recuperarse.

Hubo un claro desanimo.

     ─Falta un detalle muy importante...─ aclaró la rubia heroína intentando bajarlos de su ensoñación─ Marinette perdió la memoria luego de ceder la guardia, ella no recuerda ser Ladybug, y los enemigos saben su verdadera identidad.

     ─¿Qué sugieres? Que Marinette ya no sea Ladybug, ¡Imposible!─ señaló Alya a su compañera con evidente molestia.

     ─Chloé tiene razón, podría ser muy arriesgado, pero ¿Quién podría ser la nueva Ladybug?


.     .     .


Las tardes eran aburridas cuidando la panadería, pero el repentino interés por los postres de su familia los había llevado a sobre exigirse con turnos más largos y mayor producción. Marinette era la encargada de atender mientras sus padres preparaban las tandas de bocadillos y chuches.
El tiempo helado comenzaba a asomarse, era cuestión de tiempo para que la siguiente estación golpeara con su nostalgia.  Ella se divertía con las conversaciones a medias que le ofrecían los clientes y los crueles conocidos.

     ─¿Marinette?─ escuchó y aunque aún le parecía extraño levantó la vista en búsqueda de quien fuera que la llamara.

    ─¿Sí?

El par de ojos ambarinos le miraron intrigados, como esperando descubrir su treta, pero a cambio sólo halló confusión. Ella no era tan lista como para montar un teatro manipulador donde todos le tuvieran lástima y luego  simplemente salir triunfante. Eso era cosa de novelas gráficas y literatura barata.  Kagami lo sabía, Marinette no era esa clase de persona ruín.

    ─Soy Tsurugi Kagami, nos conocimos hace un tiempo gracias a Adrien Agreste─ señaló. Sabía gracias a este último de su actual condición.

    ─Lo siento mucho, yo... no puedo recordarte...

     ─Sí, oí de tu situación. Lamentable. Pasaba por aquí y creí que podía saludarte.

    ─Gracias, es muy amable de tu parte─ reafirmó la ojizarca...─ Entonces conoces a Adrien─ se inmiscuyó. Kagami asintió ligeramente.

    ─Mantenemos algo así como una estrecha relación...

    ─Una relación...

    ─Fuimos pareja hace un tiempo, no funcionó por situaciones completamente ajenas a mí...no a él, claro, de otro modo... En fin, fue por él que supe que...

    ─Ya veo, entiendo─ intentaba recalcular─ hace mucho que no sé de Adrien...

    ─¿Mucho? Vaya, qué raro... ¿Y qué es lo que sientes al respecto?

     ─¿Sentir al respecto? Pues no lo sé... yo...

     ─Siempre tan indecisa con esas emociones , Marinette.

    ─Bueno, es que yo...

A Kagami le hastiaba un poco, ser la clase de persona que cedía ante el cariño y la gratitud. No era eso lo que Tomoe le había enseñado, no la piedad y mucho menos la mediocridad. Ni hablar de lo que en ese momento se maquilaba en su cabeza y le rasgaba el corazón hasta deshacerla. ¿Cómo sobrellevar aquello si no podía mirarla de vuelta a los ojos? ¿Qué se suponía?  Se negaba a seguir en ese régimen y con esas falsas esperanzas que no hacían más que arrebatarle la libertad y atarla a donde ya no había nada que la salvara de hundirse. No puedes perder algo que nunca fue tuyo. Aguardar a la avalancha sin un lugar seguro ya no parecía una opción.

     ─Puedo entender por qué eres tan especial para todos, Marinette, pero será mejor que te esfuerces por poner esa cabecilla en orden... hay gente que te necesita.


Nunca acababa de entender las palabras de los otros, era como si le ocultaran algo a la fuerza, la impetuosa necesidad de soltar verdades a medias que ella debía descifrar.  Quizá lo pensaba demasiado, o era cierto que algo más grande se hallaba tras las ventanas de su habitación y en los ojos de aquel que robaba su atención y sus temores. Le miró irse como se vino, al aleteo sereno de una mariposa que impaciente sigue su camino. Junto al jarrón de flores en la barra encontró un papelillo arrugado que antes no había percibido.

"Cuidado, se pronostican fuertes tormentas
─HM"



[Mientras el resto se aleja y se aleja más de ti]


Próximo capítulo: 
 Memoria I: "Siempre te amaré"


N.A:Primer cap de este maratón arriba. Ustedes no lo entienden, yo tampoco. JAJAJ

Nos vemos mañana o al rato, yo qué sé. 


Memorias de un guardián || MLB|| Adrinette / MarichatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora