Corazón libre

82 10 0
                                    

—Las criaturas fantásticas definitivamente no existen

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Las criaturas fantásticas definitivamente no existen.

La anciana sonrió mientras acariciaba la cabeza de la joven adolescente. Enredó sus arrugados dedos en las hebras rosadas y suspiró mientras miraba por la ventana.

—Por más que quieras negarlo, Sakura, existen. Y tú eres una de ellas.

—Sólo hago magia —se defendió—. Sólo eso. Y de curación. No puedo lanzar fue, ni disparar ráfagas de aire o crear tormentas. ¡Ni siquiera suelto pétalos o creo zarzas! Me mantengo siempre en este lugar, encerrada.

Miró a su alrededor a la estrecha sala llamada la torre de Konoha. Era su morada, su lugar de aprendizaje de magia y el lugar donde menos deseaba estar. Se sentía atrapada, como un ave dentro de su jaula.

Eso le recordaba a Neji, el ave fénix de su maestra. Una bruja que rejuvenecía cada vez que salía al exterior y envejecía, cuando regresaba al lugar.

No era un ave fénix normal. Su magia era tan grande que era capaz de transformarse en una persona. Mientras que como ave era de un precioso tono rojizo y ojos blancos, en humano era un joven alto, muy guapo, de cabellos castaños. Lo único que conservaba de su forma animal eran sus ojos.

Le gustaba morar por la torre y también, salir a volar. A Sakura le gustaba observarle mientras lo hacía. Enviaba esa capacidad de vuelo, el modo en que extendía sus alas y surcaba el cielo completamente libre.

—Yo no soy completamente libre —le dijo la vez que confesó cómo se sentía a cuenta de verle volar. Todavía recordaba su ceño fruncido, el desprecio por sus palabras—. Sigo siendo un pájaro enjaulado.

No entendía a qué se refería. Más tarde lo entendió.

No importaba las veces que Neji estirase sus alas, siempre se veía obligado a regresar a la torre junto a ella. Ambos, estaban encerrados.

Le gustaba su compañía, por supuesto. No era algo que despreciara. Pero la libertad era algo que más añoraba.

—Si intentas volar sin alas, te estrellarás —regañaba él mientras se acicalaba las alas antes de echar a volar.

—¿Y si atara una cuerda a tus patas? ¿Podrías cargar conmigo?

Él siempre la miraba como regaño. Suspiraba por sus locuras, pero algunas de esas veces, una mueca parecida a una sonrisa relajaba sus facciones.

No estaba segura de en qué momento empezó a ser más y más cercano su conocimiento e interés sobre Neji. Sabía que estaba enlazado a su maestra, pero tenía motivaciones y opiniones propias.

De alguna forma, su modo humano era mucho más interesante en cada momento. No era extraño para una bruja sentirse atraída por cosas oscuras, desconocidas y peligrosas. Sabía que Neji no era peligroso. Sentir algo por él, sí.

RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora