Demian
Mientras regresamos del hospital, luego de que le venden la muñeca herida a Lianna, no puedo lograr que mi mente se calme. Hay algo en mí que se pone frenético y nauseabundo cada vez que la veo o la escucho llorar y esta vez, no es la excepción.
Jamás me gustó hacer que llore y, sin embargo, lo he hecho varias veces, para quebrarla y que pueda hablar. Para una persona como ella, que le cuesta tanto soltar la lengua cuando está estresada, asustada o simplemente negada a ver las cosas, eso suele funcionar.
Sin embargo, verla llorar de tristeza, me rompe.
Ambos estamos en silencio dentro del coche mientras conduzco hacia el edificio donde vivimos y ni siquiera he encendido la radio, esperando a que ella lo decida.
—¿Estás enfadado? — me pregunta unos minutos después, cuando me detengo en un semáforo.
—¿Enfadado por qué? — la miro, notando que el color en sus mejillas es muy leve y que está bastante pálida— ¿Porque fuiste a la casa de tu padre sin mí, porque me cortaste la llamada o porque te has esguinzado... de nuevo?
—por todo eso— murmura, mirando hacia el exterior del coche.
No, no estoy enfadado, pero ella posiblemente está pensando que sí.
—A ver, muñeca.... Veamos— carraspeo— eres una mujer adulta que ha ido a confrontar a su padre sin la ayuda de nadie y le ha puesto límites a una mierda como todo eso...— comienzo a decirle, mientras vuelvo a conducir— le has dado un puñetazo a tu padre, finalmente... porque lo merecía y, por lo que sé, no has tenido un ataque de pánico— intento enumerar las cosas para que ella pueda verlas, porque estoy casi seguro de que su cabeza es un embrollo desastroso de pensamientos y luego, añado— lo único que diré, es que quizás deberías aprender a golpear, porque no creo que pueda convencerte de que dejes de golpear infieles estúpidos y en realidad, me agrada que lo hagas— ella me da una sonrisa leve, luciendo mucho más relajada y yo se la devuelvo— quizás Brass pueda ayudarte. Me comentaron que da buenos puñetazos— bromeo, habiendo sufrido un golpe por parte de mi cuñado cuando regresé de Rusia, el año pasado.
Ella suspira y yo aprieto mi mano en su muslo, antes de seguir conduciendo.
—todo esto es más de lo que puedo manejar— dice.
—mentira— la contradigo rápidamente— claro que puedes con esto, Lianna.
—no quería conflictos...— resopla— ¿Por qué no pudieron esperar hasta dentro de muchos meses?
—oh, bueno, no siempre podemos hacer que la vida haga las cosas a nuestro antojo— le digo, aunque ella lo sabe.No decimos nada más y yo detengo el coche en otro semáforo, sabiendo que llegaremos al departamento en pocos minutos— creo que deberíamos ir a buscar a Skinner— le digo lentamente, sabiendo que es algo que quedamos en hacer mañana, pero quizás tener a esa bola de pelo gris y obesa cerca, la ayude— ¿Quieres que le pregunte a Vik si están en su departamento?
Lianna asiente lentamente y luego de hablar con mi hermano, me desvío de mi camino original y voy hacia el departamento que el bastardo comparte con Brass. Ambos bajamos del coche y yo paso mi brazo por encima de los hombros de Lianna antes de que entremos al edificio y Brass abra la puerta de su departamento.
—Hola, freudita. Hola, Demian.
—Hola, Brass— le doy un intento de sonrisa y espero a que la muñeca lo salude antes de que ambos entremos— ¿Vik está aquí?
—está jugando a ser chef— lo veo poner los ojos en blanco— se quedan a comer, ¿Cierto?
Miro a Lianna y ella se encoge de hombros.
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Anestesia | SEKS #1.5
RomanceSERIE SEKS, LIBRO #1.5 ---- Lianna y Demian han pasado juntos por cosas suficientes para estar más unidos que nunca. Ella ha podido perder un poco de aquella timidez que la he llevado a conocer a Demian y él, a podido dejar atrás la culpa que lo car...