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En este capítulo aparecen personajes de Fuera del set y Barroco.

Lianna

Logro mantener la calma hasta que llegamos al departamento. Ni Demian ni yo decimos mucho más luego de que yo sugiriera dejar a mis padres fuera de la lista de invitados a nuestro casamiento.

No sé por qué tenía las esperanzas ilusas de que mi padre priorizará su relación conmigo por encima de su mente retorcida. Ni siquiera necesito que Demian me diga de qué hablo con él, porque los gritos se escucharon hasta el comedor y mi madrastra y yo detuvimos nuestra discusión cuando el ruso le cantó las cuarenta a mi padre.

Brass le había dicho algunas veces cosas similares — como que había tenido suerte de no tener algún trastorno alimenticio por la presión que me había generado durante toda la vida — pero en modo en el que Demian lo hizo... hubo algo feroz en eso. Como si fuera un animal salvaje gruñendo y defendiendo algo que le pertenece.

No estoy muy segura de poder decir cómo me siento al respecto. Una parte de mí se siente querida, por el modo en el que me defendió, mientras que, por otro lado, me siento en duelo por perder definitivamente a mi padre.

Esto definitivamente rompió la relación con mi él.

Una vez que estamos en el edificio donde vivimos, me permito aflojar un poco. No estoy llorando —lo que es sorprendente y bueno — y creo que internamente esta era la última pieza para que todo encajara en mi cabeza.

La relación con mi padre se acabó y pinta a ser algo definitivo.

—deberíamos hablar sobre esto— dice Demian, dejando las llaves del coche y su billetera en la mesa pequeña de la entrada, al lado del ascensor que da directamente al interior del piso.

—escuché lo que le dijiste— murmuro— también escuché lo que él dijo y realmente... en un momento creí que era una relación salvable pero ya no más — suspiro— no lo quiero allí.

Demian me da una sonrisa leve.

—me gusta cuando te pones terca respecto a tus decisiones— pasa su mano por mi cabello hasta atraparlo en mi nuca y me observa. Es imposible no quedarme toda boba e hipnotizada por el verde oscuro en sus ojos — lo importante es que entiendas que él es quien se lo pierde.

—lo sé— suspiro— ahora lo sé.

Pasa sus brazos alrededor de mi cuerpo y yo descanso mi frente contra su pecho, suspirando. Su perfume a madera me tranquiliza y no puedo evitar relajarme contra él.

—¿Qué quieres hacer?

—¿Podemos mirar una película y simplemente distraernos por un rato?

—claro— Demian me suelta y lo veo rodear el sofá para sentarse en el sofá y golpear su lado—aquí, ven.

Hago exactamente lo mismo que él y me quito los zapatos antes de subir todo mi cuerpo al sofá. Prácticamente, empujo a Demian contra la felpa y me acomodo contra él, recordando aquella primera vez en la que miramos una película y mi postura era mucho más rígida y tensa.

Su brazo rodea mi abdomen y yo entrelazo mis dedos con los suyos antes de que él le de playa a una película a la que ni siquiera le prestamos atención.

Mis piernas y las suyas se enredan en una maraña de extremidades sin sentido y yo me relajo, dejando que todo su calor me envuelva. Su mentón está sobre mi cabeza y puedo sentir todo su cuerpo contra el mío.

Mi cabeza se distrae un poco de la trama mientras no puedo dejar de pensar en lo que ha pasado con mi padre y lo mucho que me decepciona su actitud. Por un momento, yo también creí que estaba siendo manipulada por Demian, porque toda nuestra dinámica era algo nuevo y desconocido para mí, pero cada vez me convenzo más de que no es así.

Anestesia | SEKS #1.5 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora