Lianna
Mi corazón latió con demasiada fuerza mientras Demian miraba mi tatuaje por primera vez. Honestamente, Gemma estuvo durante todo el viaje de regreso a Seks diciendo que él, Andrei y Nik pondrían el grito en el cielo y que debíamos conseguirnos nuevas identidades para escapar del enojo de los rusos y yo llegué al club con una sensación agridulce. Feliz, por un lado, porque encontré mi vestido de ensueño y además, me tatué y nerviosa, porque Demian me mataría por hacerlo sin permiso.
Sin embargo, su reacción fue más cercana a lo que yo había predicho. No se enfadó, simplemente creo que se tomó a mal que no lo consultara con él antes, porque siempre le cuento todo.
El tirón en mi cabello me hace sacar la cabeza de mis pensamientos para ver a Demian. Nos hemos dado una ducha rápida en el baño de la oficina, porque quedamos sudados y asquerosos después de haberlo hecho en el sofá y desde entonces, me quedé sentada en el mismo lugar, tratando de avanzar en algo con mi tesis mientras Demian llama a varias personas por cosas del club. Lo escucho hablar con proveedores de condones al por mayor, con fábricas de juguetes sexuales y empresas de maquinarias fetichistas mientras yo trato de hacer mi tesis de posgrado.
Miro al hombre que me ha tirado del cabello como si fuera un niño de cinco años y suspiro.
—¿Qué pasa?
—¿Nos vamos?— me pregunta.
Asiento y no mucho después, ambos estamos en el coche, de camino al supermercado. Tengo que admitirlo, hacer las compras con él es algo demasiado simple y estúpido, pero me encanta porque sólo somos una pareja tratando de entender qué demonios hemos escrito en el papel de las compras.
Estamos alrededor de una hora dentro de la tienda, recorriendo al menos dos veces cada góndola y, para cuando tenemos todos, vamos al departamento.
Lo cierto es que no tardamos mucho en separarnos un rato. Demian continúa haciendo llamadas y más llamadas y yo estoy determinada a, al menos, tener otras cinco hojas para enviar a la corrección.
Cerca de las diez de la noche cenamos y no mucho después, estoy en el baño, tratando de poner la crema que Tyron me dio sobre el tatuaje. Me dijo que luego de tres horas podía quitarme el plástico y cuidarlo con la crema. Que podía mojarse pero no podía frotarlo y que resistiera cualquier impulso a rascarlo mientras se cicatriza.
—Dame eso— antes de que pueda terminar de abrir el pote de crema, Demian está detrás de mí y puedo ver su reflejo en el espejo frente a mí. Parece imperturbable mientras pasa delicadamente la crema por encima de la tinta, pero puedo ver una sonrisa casi imperceptible, que oculta rápidamente antes de seguir con su tarea.
Hay cosas que, si no me dedicara a prestarle atención a cada gesto suyo, no notaría. Quizás Demian me ha hecho llorar algunas veces, me ha quebrado emocionalmente y me ha hecho dudar hasta de mi nombre; pero también es el hombre que casi todas las noches trenza mi cabello, a pesar de que soy perfectamente capaz de hacerlo por mi misma y que hace esto, de ponerle crema al tatuaje, cuando bien podría hacerlo yo.
He crecido toda mi vida criada por niñeras, con un padre obsesionado por su trabajo y una madre que no recuerdo mucho. Las personas que me cuidaban y que hacían estas cosas, lo hacían por un pago.
Demian, sin embargo, lo hace porque quiere.
—¿No está inflamado, cierto?— le pregunto.
Él niega.
—No, pero tenemos un problema.
—¿Qué problema?—le pregunto con un poco de temor, esperando que su respuesta sea algo serio.
ESTÁS LEYENDO
Anestesia | SEKS #1.5
RomanceSERIE SEKS, LIBRO #1.5 ---- Lianna y Demian han pasado juntos por cosas suficientes para estar más unidos que nunca. Ella ha podido perder un poco de aquella timidez que la he llevado a conocer a Demian y él, a podido dejar atrás la culpa que lo car...