22- capitulo final

74.4K 6.1K 7.2K
                                    

Lianna

Las horas pasan con demasiada rapidez y el seis de octubre pasa con mucha velocidad. El siete de octubre nos golpea y, para cuando quiero darme cuenta, Isla, Kendra, Gemma, Brass y yo estamos dentro de un coche, de camino a la laguna.

Se han instalado dos carpas medianas para poder cambiarnos y otra más grande, por cualquier tipo de cambio en el clima. Son amplias y los cinco entramos con comodidad.

—de acuerdo, tengo tu vestido aquí— Kendra deja el vestido en una de las sillas plegables— cuando estés lista, te ayudamos a ponértelo.

Por algunas horas, estoy de aquí para allá, ultimando los detalles y para cuando quiero darme cuenta, son cerca de las seis de la tarde. Oficialmente, las personas comenzarán a llegar dentro de una hora y Demian debería estar aquí en cualquier momento.

—deberías vestirte de blanco, freudita.

El traje de Brass es de un azul oscuro y es precioso. Luego de hacerme un maquillaje sencillo, me ayuda a ponerme el vestido. Se atasca un poco en mi trasero, pero logro entrar en él, tal como el día que me lo compré. Poco después, Isla sale con su vestido color vino, que le queda precioso y el azul oscuro de Kendra también resalta. El de Gemma es de un rojo profundo, tan único como ella y antes de salir, la barbie me da un abrazo que significa tantas cosas, que no puedo expresarlas.

—realmente estoy tan feliz por ustedes, que no puedo explicartelo— me dice— es como La noche estrellada.

¿Eso es algo bueno?

—¡Por supuesto! Es como... como cuando Miguel Ángel vio la Capilla Sixtina terminada— luego, suspira— ¡Como cuando Freud descubrió los daddy issues!

—aun no ha comenzado la recepción y esta tonta ya se embriagó— se queja Brass— vete, barbie, que tus rusos problemáticos ya están fuera.

Cuando mi amiga se va y Brass y yo nos quedamos solos dentro de la carpa, suspiro.

—estoy un poco nerviosa— admito.

—Demian, no, ¡No puedes verla, ruso endemoniado! — la queja de Gemma llega desde el exterior de la carpa donde estoy con mi mejor amigo y él se pone en la entrada.

—Demian Pavlov, si entras, ¡Te patearé el culo!

—Lianna, ¿Estás ahí? — la voz de Demian es un poco nerviosa.

—si, pero no entres, ¿Qué ha pasado?

—nada, muñeca, sólo quiero verte— admite.

Sonrío como idiota.

—no puedes hacer eso, va en contra de las tradiciones.

—me valen las tradiciones— gruñe— dile a Brass que se mueva, voy a entrar.

Suspiro y me acomodo el cabello detrás de los hombros. Mi mejor amigo niega y me mira, creyendo que quizás le diré que sí.

—no puedes verme aún, Demian.

—¡No me tortures de este modo, muñeca descarada!

Suspiro y miro a mi mejor amigo, con una idea en la cabeza.

—¿Tienes puesta una corbata? — le pregunto al hombre fuera de la tienda.

—si.

—bien, cúbrete los ojos con ella y podrás entrar— le pido.

Brass me sonríe en silencio y cuando Demian dice que ya lo ha hecho, él se asoma para verificar que sea cierto y luego, lo deja pasar.

—estaré fuera— me avisa antes de dejarme sola con el hombre que será mi esposo en menos de dos horas.

Anestesia | SEKS #1.5 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora