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ME VOY A IR AL INFIERNO POR ESTO, CHAU.

PD: ¿Se acuerdan eso de que Demian no se ponía de rodillas? Pues...


Demian

La cena con el padre de Lianna no terminó tan mal y desde ese día, parece que el vínculo entre ella y el hombre va mejorando progresivamente.

Me sorprendió un poco que la muñeca le dijera que, de todos modos, seguía sin intenciones de invitarlo a nuestro casamiento, pero más me sorprendió la reacción tranquila del padre.

Han pasado ya casi diez días desde ese momento y Lianna luce mucho más tranquila desde entonces. Hemos ido al club algunas veces, hemos planeado cosas de la boda y hoy finalmente van a quitarle la muñequera de su mano esguinzada, así que estoy preparándome mentalmente para cumplir con lo que le prometí.

—¿Qué pasa, hermanito? Luces como si tu culo estuviera siendo acechado por un caniche— me dice Viktor, entrando a mi oficina sin tocar, como ya le es costumbre.

—vete de aquí.

—¿Mamá y papá no te educaron bien, híbrido descerebrado? Respétame.

—respeta tú y golpea la puerta.

Mi hermano resopla.

—Brass y yo queremos saber si Lianna y tú quieren venir a cenar a casa— me pregunta.

—tenemos planes.

—Demian, tienen toda la jodida noche para follar.

—vamos a hacer investigación para su tesis.

—por eso mismo, pueden investigar y hurgar entre sus miembros más tarde. Brass quiere ser una señora chismosa y decirle algo a Lianna.

Suspiro.

—pregúntale a ella.

Mi hermano se ríe.

—me gusta que ya se parezcan a esos matrimonios en donde el hombre le pide permiso a la esposa para hacer todo. Finalmente Lianna será del lado dominante.

—cállate.

—obligame.

Dios, qué dolor de cabeza.

Mi hermano no tarda mucho en terminar de fastidiarme e irse y tengo unos minutos de paz, sin que nadie me moleste antes de que unos golpecitos suaves me avisen de que hay alguien del otro lado de la puerta.

—pase.

—¡Hola, Demian!— Gemma entra a mi oficina con una sonrisa que no le cabe en la cara y me sonríe—¿Cómo está mi ruso favorito?

Sonrío.

—hola, barbie— ella se deja caer en la silla frente a mí y yo la observo, un poco deslumbrado por los cambios que tiene Gemma desde que está con Nik y Andrei—¿Vas a pedirme un favor?

—me ofendes, Pavlov, me ofendes— ella golpetea sus uñas largas en mi escritorio y sonríe— hoy le quitan la cosa esa a Lianna— ella se señala la muñeca— sólo pasaba por aquí para darte algunos consejos, por si ella resulta ser un poco sádica.

La miro con enfado.

—¿Cómo sabes tú eso?— señalo, dejando en claro que ella sabe sobre mi charla con Lianna.

—las amigas hablamos.

—pues ya no te quiero como amigo de Lianna.

Se ríe.

Anestesia | SEKS #1.5 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora